No existen palabras precisas para describir las emociones que emanan estos temas y lo que resulta particular es que se trata de un disco que funciona muy bien ya sea para escucharlo practicando alpinismo en la playa, buceando en el desierto, surfeando en Pastoruri, bailando sobre el titicaca, acampando en la ionósfera, para un día de picnic adentro de un volcán, haciendo cola para entrar a Saturno, como también, para ser escuchado, cuando uno se encuentra profundamente dormido. No hay pierde.
Aquí es donde tu machucas y la magia ocurre...