Hace ya algunos posts que vengo hablando de las virtudes de la biomasa como forma de energía y también os he comentado como desde algunas posiciones se intenta debilitar el sector buscando los puntos débiles que, como todas las cosas, también los tiene.
Dentro de esos puntos débiles, ya estuvimos tratando un poco el tema de las emisiones en el momento de la combustión
, pero nos queda por tratar otro de esos asuntos difíciles de abordar, la generación de residuos.
En la combustión, se generan dos tipos de cenizas de la biomasa, las cenizas llamadas de fondo y las cenizas volantes.
Las cenizas volantes son aquellas que son arrastradas por los gases de combustión, por lo general se intentan recuperar por medio de filtros y desde hace algún tiempo ya se han aplicado como fertilizantes.
Las cenizas de fondo permanecen en la primera cámara de combustión y acaban depositándose en la parte inferior de la caldera. Estas cenizas generaban un coste adicional por su tratamiento o eliminación, pero parece que estos costes podrían tener sus días contados ya que podrían emplearse para la fabricación de bloques de construcción combinándolos con cemento.
Os dejo el enlace de la noticia sacada en la agencia EFE en el que se explica este proceso y la publicación realizada por los investigadores de la Escuela Politécnica de la Universidad de Jaén en la revista FUEL.