Aplicando criterio a las noticias.

Publicado el 11 marzo 2014 por Jordi Mulé @jordimule

Si queremos aplicar un método científico en nuestras vidas, debemos empezar por dudar de las aparentes verdades que nos rodean, intentar plantear diferentes alternativas a éstas, ver de manera lo más objetiva posible la evolución de las diferentes alternativas y escoger de manera cuidadosa y racional la que haya reportado mejores resultados. Hago especial énfasis en la gran importancia de ser racionales y desapasionados, huyendo de impresiones subjetivas e intentando enfocar el tema desde todos los ángulos posibles.

Un campo en el que se puede usar un método científico podría ser el de las noticias de actualidad que nos bombardean. Debido a la libertad de prensa que afortunadamente existe en muchos países, existe una gran variedad de información al abasto de cualquiera; esta información, dependiendo de las afinidades de los medios que la publiquen, puede ser presentada de modo muy diferente en uno u otro caso; por ejemplo, en un fin de semana de fútbol, en el caso de que el Barcelona pierda y el Madrid gane por la mínima y con polémica, un medio afín al Madrid podría titular la noticia como “gran triunfo blanco y desastre del Barça“, mientras un medio afín al Barcelona lo podría publicar como “regalo al Madrid“.

Es precisamente en este campo en el que creo se puede aplicar un método para llegar a entender qué de verdad hay en cada una de las informaciones que nos llegan. Las noticias de actualidad son presentadas desde multitud de puntos de vista diferentes y, personalmente, me veo a veces un poco abrumado por la cantidad y diversidad de modos y formas en las que esta información me llega. De este modo, un hecho a priori objetivo como es el que produce la noticia puede ser tergiversado de tal manera que la noticia que llegue al quiosco o se emita por televisión se verá totalmente cambiada respecto la verdad objetiva inicial.

Por ello, lo primero que se debe hacer es dudar. Todas las noticias que se nos presentan se basan en teoría en hechos que han ocurrido, pero su presentación difiere mucho dependiendo del medio que la publique. Por ello, creo que la mejor opción sería intentar leer la misma noticia desde diferentes puntos de vista, y si pueden ser antagónicos mejor; así, después de una lectura desapasionada, podríamos ser capaces de leer la verdad oculta entre líneas. Todos tendemos de manera natural al reduccionismo, a eliminar de manera automática y subjetiva hechos que consideramos irrelevantes, pero pienso que deberíamos plantearnos la reflexión de manera exhaustiva. Es decir, en primer lugar deberíamos habernos informado de manera previa sobre los fundamentos de la noticia en cuestión, leyendo sobre los antecedentes del tema (leer la prensa a menudo puede ser muy útil) y luego aplicar nuestro conocimiento previo sobre la noticia publicada teniendo en cuenta el máximo de variables posible, intentando ver de dónde venimos, donde estamos y a dónde se nos quiere llevar para así llegar a las mejores conclusiones posibles e intentar extraer ese fondo de verdad oculto en todo titular.

No obstante, aplicar un método científico a nuestra vida cotidiana, en concreto a las noticias de actualidad, no es fácil; primeramente se debe adquirir una buena base formativa sobre el asunto en cuestión que nos están presentando en la noticia. De esta manera, tener un razonamiento mínimamente objetivo sobre una noticia con connotaciones históricas sólo puede ser si antes conocemos bien las circunstancias que rodean a la noticia en cuestión. Por ejemplo, respecto la situación de Crimea en la actualidad; una lectura simple de la noticia publicada en prensa nos llevará casi de manera segura a interpretar el envío de tropas rusas a la Península de Crimea como una agresión militar a Ucrania; no obstante, si tenemos el conocimiento previo de que tal territorio fue siempre ruso hasta que en los años cincuenta fue cedido a Ucrania; si a ello le sumamos que la práctica totalidad de su población es étnicamente rusa o que hace poco la oficialidad del idioma ruso ha sido barrida por las nuevas autoridades de Ucrania, seguramente nos podamos hacer una composición de lugar diferente; pero si a todo ello le añadimos que Sebastopol es la base de la flota rusa y, de hecho, su única salida al Mediterráneo, ya tendremos muchos de los ingredientes del pastel; aún así, si hiciéramos el enfoque de manera exhaustiva aún nos faltarían datos, porcentaje de población rusa en Crimea, opinión de la población, etc. Ya lo dice el refrán, “en este mundo nada es verdad ni nada es mentira, todo depende del color del cristal por el que se mira“.

Hay que tener en cuenta que muchas veces podemos estar influenciados por nuestra manera de pensar o por el bombardeo constante de noticias, en ese caso el ejercicio de abstracción será más difícil pero no imposible. Hay que intentar ponerse en todos los puntos de vista con el máximo de información que se pueda para así poder tomar la mejor decisión. Hay que ser lo más escéptico posible para poder llegar al fondo de una cuestión. Hay un principio que personalmente me gusta mucho, se llama “la navaja de Ockam“, viene a decir que si tenemos varias opciones igualmente posibles, normalmente la más sencilla es la verdadera. Si hacemos una buena abstracción delante de una noticia publicada, la leemos de manera escéptica e intentamos imaginar otras opciones posibles que dieran igual resultado, puede ser que la conclusión sea la más simple y con ella hayamos encontrado el trasfondo de verdad dentro de la noticia en cuestión. Así, por ejemplo, la dimisión de un político “por motivos de salud” después de un escándalo financiero es muy posible que realmente haya sido motivada por lo último; ¿qué es más fácil, ponerse enfermo precisamente en ese momento o bien dimitir por ese escándalo? Si lo aplicamos al ejemplo anterior, ¿qué es más fácil, ¿que Rusia quiera mantener su estatus de potencia económica dominante en el Este o que se arriesgue a un conflicto de consecuencias imprevisibles sólo para proteger a sus hermanos en Crimea?; de todos modos, el método de “la navaja de Ockam” no deja de tener un defecto, que no es otro que se trata de un método tremendamente reduccionista y sólo útil si previamente hemos hecho una recopilación exhaustiva de todos los datos y hemos sabido aislar eficientemente las opciones más posibles de entre todas las existentes. Ese descarte debe ser hecho de manera desapasionada y aplicando criterios científicos, duda, alternativas, contraste de hipótesis, análisis histórico y hecho consumado, por ejemplo.

Por ello, he aquí una serie de pasos sencillos que creo debería dar alguien que no quiera verse engañado o influenciado por puntos de vista interesados cuando lee una noticia:

1-Informarse previamente sobre lo que lee: Es decir, conocer el contexto de la noticia para así poder descubrir ese trasfondo de verdad que hay dentro de cada noticia publicada; ya dicen que el desconocimiento genera los malentendidos. El desconocimiento lleva a los radicalismos y a los dogmas, y  los dogmas no permiten ser cambiados. Si leemos la noticia como un dogma, entonces entenderemos como verdad absoluta e imposible de discutir lo leído, independientemente de que sea una noticia cierta o no, o esté deliberadamente exagerada o tergiversada.

2-Entender todas las posturas: Consecuencia del punto anterior. Para ello, primeramente hay que leer las bases históricas, sociales o científicas sobre el asunto que es noticia y seguidamente, despojarnos de toda opinióm previa sobre el asunto, que no haría sino hacer asumir como cierta una sóla de las posturas. El ejemplo anterior sobre Crimea sería muy útil para entender el por qué de la postura rusa. Hay que intentar siempre ponerse en la piel del otro para entender el por qué de su postura, después ya decidiremos si le damos la razón total, parcialmente o bien si directamente no la tiene, pero ello huyendo de los prejuicios y juicios de valor subjetivos.

3-Leer la misma noticia en otros medios: Es impresionante como dos periódicos pueden dar la misma noticia de forma tan diferente, y aún así, normalmente en todos ellos podemos encontrar partes de la verdad subyacente. En España, por ejemplo y por citar dos medios reales, tenemos “El País”, de tipo progresista, y “La Razón” de índole conservador. Todos tendemos a leer el medio que nos es más afín, no obstante, hay que leer en varios medios diferentes porque todos escriben en función de sus intereses. Por ejemplo, respecto el gobierno español actual, conservador, “El País” es crítico mientras que “La Razón” le es más benévolo; aún así, sólo dentro de la pluralidad se puede llegar de manera eficiente a vislumbrar ese fondo de realidad.

4-Analizar todos los datos disponibles: Una vez cubierto el tercer paso, tenemos una gran cantidad de datos aparentemente contradictorios, pero que, si los analizamos bien, podremos unir como si de las piezas de un mismo “puzzle” se trataran; por ejemplo, si leemos en junio la noticia “ha bajado el paro“  en un diario pro-gubernamental y leemos en otro medio hostil al gobierno la noticia “los contratos temporales han bajado respecto la temporada turística pasada“, seguramente se tratará de la misma noticia. Hay que saber préviamente que en España disfrutamos del verano en julio y agosto, pero la temporada alta turística normalmente arranca por Semana Santa y, con ella, los contratos de trabajo temporal en servicios turísticos. El diario pro-gobierno explicará como un éxito la bajada del paro, normal en esas fechas, mientras que el medio hostil explicará que la bajada del paro ha sido menor que la del año anterior, por lo que no estaríamos ante una buena noticia. ¿Qué debemos hacer? Una vez conocida la dinámica año tras año, tendríamos que tener en cuenta otros factores; por ejemplo, si Semana Santa fue en marzo o en abril, ello indicaría que la temporada empezó un mes antes o después, ese hecho podría ser significativo en la ocupación temporal; es normal, si abres más tiempo necesitarás más personal. Otro hecho que podría influir sería la coyuntura económica, si continúa la crisis o bien parece ser que ésta remite; lo mismo diría sobre multitud de otros factores.

5-Emitir una opinión propia: Que deberá ser emitida huyendo al máximo de juicios de valor y de manera desapasionada, si no, no será científica. En el ejemplo anterior, una vez analizada la noticia sobre el paro en temporada turística, y sabiendo que este año Semana Santa cae a finales de abril, se podría deducir (simplificando el análisis) que el paro en España bajará con la temporada turística, pero menos que otros años al empezar la temporada más tarde, sin que ello pueda ser un éxito ni un fracaso del gobierno, simplemente porque el mercado laboral en España funciona así con respecto al sector turístico. Hay que intentar huir de las paradojas, que son afirmaciones que no son ni verdaderas ni ciertas, aunque debo reconocer que en noticias éstas existen, pues las verdades inherentes no son siempre objetivas y podemos llegar a una noticia que, después de su análisis, contenga igualmente elementos de verdad en un sentido u otro; el ejemplo sería el caso de Crimea expuesto anteriormente.

6-Seguir las noticias posteriores relacionadas con la primera: Para contrastar la veracidad de las conclusiones, o bien si las nuevas noticias indican que estas deben ser cambiadas, lo que equivaldría a un cambio de paradigma. Por ejemplo, en el tema del paro de antes, si la crisis ucraniana afectara de manera imprevista a la recuperación económica, se debería añadir este hecho al análisis y así emitir un juicio diferente, pues se deduciría que el análisis previo era inexacto.

Como conclusión, debemos huir expresamente de los enfoques excesivamente dogmáticos e intentar analizar al máximo las informaciones que nos lleguen. Ello no indica necesariamente que no podamos creer lo que se nos explica, sólo quiere decir que ello debe ser analizado de manera sistemática si queremos atisbar aquello de verdad que subyace en el interior de cada noticia y poder formar nuestra propia opinión de la manera más objetiva posible, de esta manera podremos crecer mejor individualmente como personas y colectivamente como sociedad.