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Apocalypto: ¿Reflejo de la cultura maya o pura patraña?

Publicado el 11 marzo 2014 por Víctor Barrera Alarcón
Apocalypto: ¿Reflejo de la cultura maya o pura patraña?
Hoy voy a realizar un breve comentario sobre la película "Apocalypto" dirigida y producida por el famoso actor y director Mel Gibson en el año 2006.
No es la primera vez que podemos contemplar la historia como aliada del sector cinematográfico (con mayor o menor verosimilitud), es más, se trata de un campo ya muy explotado en muchas otras áreas como lo puede ser la antigüedad clásica, la edad media o el cine bélico ambientado en las guerras mundiales. Ya era hora de que les fuese tocando a los antiguos mayas.
Como bien decía ahora tenemos por fin una superproducción de Hollywood ambientada en el mundo de los antiguos mayas (aproximadamente en torno al siglo XVI de nuestra era), una veta dorada muy poco explotada en el sector. Ahora que por fin los amantes de la antigua cultura maya podemos presumir de que poseemos una película más o menos reciente y de niveles como sólo Hollywood puede hacer, no deja de sorprendernos lo rematadamente mal reflejada que se encuentra la que fue una de las mayores culturas de toda la América antigua.
En primer lugar he de decir que, bajo mi punto de vista, la trama principal posee un esquema muy básico y elemental de "planteamiento" (habitantes felices de una idílica aldea), "nudo" (saqueo y destrucción de la aldea idílica por parte de "los malos") y "desenlace" (huida del protagonista y final feliz), no obstante no soy quien para valorar esas cosas y posiblemente habrá gente que le parezca en ese sentido una gran obra.

Apocalypto: ¿Reflejo de la cultura maya o pura patraña?

El protagonista "Garra de
Jaguar" en plena carrera

La película puede resumirse perfectamente con una sola palabra: velocidad. Si bien en un principio vemos que la acción es más pausada, deteniéndose unos minutos en la idílica aldea para que, mediante unos cuantos bailes en torno a una hoguera y la figura de un anciano narrador de historias, le quede bien claro al público quienes son "los buenos". La llegada de unos individuos verdaderamente diabólicos que sólo contemplan la carnicería y la muerte como algo digno de su atención (para que nos quede bien claro quienes son "los malos") será el detonante para que la película se acelere hasta tal punto que acabará por convertirse poco después en una frenética carrera incansable y terriblemente agotadora (tanto para los actores que tuvieron que rodarla como para el espectador que tiene que aguantarla) que hasta los mismísimos mensajeros de Maratón se habrían llegado a sentir celosos de ella. A las pruebas me remito, la "gran carrera" del protagonista "Garra de Jaguar" se prolongará desde el minuto 90 aproximadamente hasta el minuto 130, es decir, ¡se pasa corriendo un total de 40 minutos de película!

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Tzompantli del Templo Mayor de
Tenochtitlan según el Códice Ramírez


A parte de la velocidad que caracteriza a la obra, otro aspecto destacable es la obsesión por el morbo. Especialmente con la llegada de los protagonistas a la ciudad donde la arquitectura ha sido reflejada con el claro objetivo de recalcar los ritos sacrificiales, destacándose así el carácter maligno de quienes la gobiernan con imágenes como cabezas cayendo por las escaleras de los templos con ese característico y macabro sonido o los centenares de cabezas empaladas en los denominados Tzompantli, cierto es que estos últimos existieron y fueron referidos en varias ocasiones en las crónicas de muchos conquistadores, quienes hablarán de "decenas de miles" de cráneos empalados (ahora es cuando yo me pregunto cuántos de los conquistadores sabía contar hasta "decenas de miles"... pero ese es otro debate). Otro aspecto donde queda bien recalcada la morbosidad es en la propia localización de la ciudad: en torno a lo que parece ser un vertedero donde son arrojados los restos de los cuerpos sacrificados. Por último, y siguiendo la linea de todo lo anterior, vemos que incluso los habitantes de la ciudad son seres completamente alienados y rematadamente malos que más que miembros de una sociedad maya parecen ser malignos zombis, casi autómatas siniestros en muchos casos. Resumiendo, en la ciudad maya todo producirá rechazo, pavor y asco por parte del espectador, se trata en suma de una ciudad de pesadilla poblada por no menos que demonios y que, afortunadamente, será barrida por los conquistadores cristianos a punto de llegar.

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Lo dicho: los habitantes inspiran
cuanto menos,auténtico temor

Otra idea subyacente a lo largo de toda la película es una dualidad enfrentada, una dicotomía importante entre el campo (o la selva en este caso) y la ciudad. Los protagonistas viven en la selva que será el reflejo de la naturaleza, la paz, la felicidad... es decir, una sociedad idílica. En contraposición tenemos la ciudad que será el reflejo de lo artificioso, lo grotesco, las aglomeraciones de multitudes, la alienación y la maldad. Así podemos ver a unos protagonistas (que parece ser que pertenecen a una sociedad cazadora-recolectora) completamente incontaminados respecto a la civilización y al urbanismo ya que, en un punto de la película llegan a comentar asombrados que la ciudad está hecha con piedras. La idea principal que Mel Gibson trata de hacernos ver es simple: quien va a la ciudad pierde toda inocencia y acaba por perecer (ya sea física o emocionalmente). Trata en todo momento de mostrar al público las ventajas de la vida aldeana frente a la vida urbana.
Para no extendernos demasiado voy a hacer un verdadero incapié en aquellos puntos de la película que, como estudiante de antropología americana y apasionado de la antigua cultura maya más han llegado a chocarme:
  • La ciudad que se representa en la película puede considerarse una aglomeración urbana de finales del siglo XV del Norte de Yucatán, aunque no se llega a corresponder a ningún caso en concreto. Hay algunos rasgos que pueden hacernos creer que posiblemente se ha querido emular la famosa ciudad de Chichen Itza, rasgos como pueden ser el culto a Kukulcan o la estructura principal que vagamente intenta parecerse a "El Castillo".
  • Muy lamentablemente vemos que no se han aprovechado los maravillosos paisajes de ruinas mayas que pueblan gran parte de México y Guatemala.
  • No hay nada de la grandeza y magestuosidad que caracterizó a la antigua civilización maya.
  • No se describen actos de la vida cotidiana, ni siquiera los ritos y las celebraciones que tenían lugar en las ciudades son bien representados.
  • No se llega a apreciar en ningún momento el verdadero papel desempeñado por los señores (representados en la película como meros espectadores) o los sacerdotes (representados en la película como alocados carniceros) en los rituales.
  • Posiblemente lo que más me ha chocado de todo es el planteamiento de los sacrificios rituales como caprichosas y demenciales ejecuciones en masa.

Apocalypto: ¿Reflejo de la cultura maya o pura patraña?

Sacerdote con la navaja ritual de obsidiana para extraer el corazón

Lo más extraño de todo es que, pese a la gran cantidad de errores históricos relacionados con los antiguos mayas, la película contó con un excelente arqueólogo mayista estadounidense como asesor: Richard Hansen, lo cual nos quiere decir que no harían demasiado caso a sus consejos a la hora de elaborar el guión y rodar la película.
A modo de conclusión he de decir que en definitiva no se trata de una película sobre los antiguos mayas. Si Mel Gibson buscaba hacer una película de "hombres primitivos" podía haberse ambientado en África o en el Amazonas con idénticos resultados ya que, de hecho, los personajes protagonistas guardan un mayor parecido con los miembros de cualquier tribu de la amazonía que con lo que podemos considerar auténticos mayas.

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