La firma norteamericana ofrecerá más detalles de su esperado reloj inteligente, que llegará en tres versiones con pantalla rectangular de cristal de zafiro, y cuya autonomía marcará los mismos pasos que dispositivos ya existentes: no durará más de un día.
Hay signos evidentes que un nuevo producto de Apple, sea cual sea su invento, tiene visos de convertirse en éxito. Lo hicieron con el iPhone, el teléfono móvil más exitoso del mundo; lo hicieron con el iPad, la tableta con mayor recorrido del mercado. Y queda por saber si las muñecas de millones de seguidores se han reservado para un nuevo aparato.
La compañía de Cupertino ofrecerá a partir de este lunes nuevos detalles de su esperado Apple Watch, su irrupción en la tecnología «wearable» -vestible, en español- cuyas características principales ya se conocen. Apple pondrá a disposición una partida inicial de cinco millones de unidades en el mercado en aras de convertir a este dispositivo en la catapulta para que los «smartwatches» conquisten el mundo tras la fría acogida de los primeros modelos de otras marcas en el pasado.
No serán los primeros. Ni lo esperan. Tampoco jugarán con el factor sorpresa, pero un reloj con el símbolo de una manzana causa expectación. Sin duda, y sea como sea, será el próximo objeto de deseo, según los analistas internacionales. Mientras firmas rivales como Samsung y LG ya han tomado posiciones con sus respectivos dispositivos, Apple dará un golpe sobre la mesa apostando, como es obvio, por su propio ecosistema.
El Apple Watch no es una incógnita. Muchas de sus características se conocen. Pantalla rectangular de zafiro, tres versiones (Apple Watch, Apple Watch Sport y Apple Watch Edition), personalizable a nivel estético gracias a un amplio catálogo de correas intercambiables y una sorprendente nueva forma de navegar por medio de una corona digital que permite distribuir y gestionar las aplicaciones en forma de nube. Los precios quizás son lo de menos. O no, porque tendrá una horquilla que arrancará en los 349 euros, una cifra elevada en comparación a otros relojes ya existentes. Pero aquí hablamos de una marca que juega a lo suyo.
Pero lo que supondrá el Apple Watch será el alumbramiento de un nuevo producto de Apple desde el año 2010, momento en el que apareció el primer iPad, un «iPhone en grande», como se atrevieron a escribir muchos analistas entonces. Además de su parte estética, contendrá algunas de las características con las que hacen bandera los relojes inteligentes.
Las dudas: aplicaciones y batería
Esto es, monitorización de la actividad física, registro de notificaciones, navegación por mapas o control de la música a modo de reproductor. Y todo mediante control de voz. Las dudas se ciernen sobre su verdadera autonomía (según se filtró el reloj habrá que cargarlo cada jornada), el catálogo de aplicaciones con las que hará su debut y su verdadera memoria interna. Pero uno de los aspectos que más importancia va cobrando es convertirse en una propuesta definitiva para la extensión de los pagos desde la muñeca.