Apple acaba de ser despedida. Steve Jobs anunció que deja sus funciones como CEO de la empresa. Ésta deja, a partir de ahora, de formar parte de su rutina diaria profesional. ¿Qué hará Apple? Sin Jobs, Apple es como una manzana sin la color roja – posible pero… no es lo mismo. La empresa tendrá que buscar ahora su propio camino, sin su padre exigente (echando broncas históricas en sus empleados en búsqueda del producto perfecto), amigo en las horas difíciles (cuando regresó a la empresa para salvarla) y amante dedicado (habiendo mordido la manzana muy joven solamente abandonandola cuando su salud ya no le permitía más el mismo grado de entrega). Pues Steve Jobs era todo eso a la vez, y es muy difícil que alguien cumpla todos con estos papeles con el mismo brillo.
En mi última clase de julio en la EOI había comentado que los EEUU produjeron grandes líderes empresariales en el siglo XX, desde Alfred Sloan (General Motors) en los años 30, pasando por Iacocca (Chrysler) y Welch (General Electric) en los 80, Gerstner (IBM) en los 90, pero en mi opinión Steve Jobs era el más grande de todos. Porque consiguió dos grandes hazañas: crear una empresa exitosa de la nada, cuando la fundó, y salvarla de la nada, cuando fue llamado para evitar que la hundiesen – y revolucionar por segunda vez su industria y, de cierta manera, el mundo.
Como los Beatles – a los cuales Jobs tanto amaba – y que un día dejaron de existir, seguramente vamos echarlo de menos, por eso nos resta tan solo decirle:
“Steve: you did a superb job. Thanks!”
Enlaces:
- La repercusión en el New York Times.
- Una retrospectiva en video por El País.
- Algunos de mis artículos anteriores sobre Jobs y Apple: sobre el lanzamiento del IPad y cuando salió en defensa del IPhone 4.