Quizá hay pocas cosas más importantes a nivel laboral que un currículo actualizado. ¡Pero no tienes ni idea de lo frecuente que es ver faltas de ortografía o un estilo que no pega nada con el puesto de trabajo que te gustaría cubrir! Así, de un modo u otro, corregir tu CV es imprescindible antes de lanzarte a por tu nueva ocupación.
Por regla general, hay tres grandes hándicaps relacionados con el currículum vítae que, inmediatamente, nos separan de ese trabajo soñado y nos condenan a seguir enviando e-mails y rastreando ofertas en portales de trabajo.
Uno. El CV no está bien corregido y tiene faltas de ortografía.Y esto es de expulsión inmediata. Para que te hagas una idea, con faltas de ortografía el CV se va a la papelera o se descarta en un abrir y cerrar de ojos. ¿Por qué? Primero, porque no demuestra dejadez y, segundo, porque una persona con una mala ortografía no es válida para muchísimos puestos de trabajo. Sea por una u otra razón, corregir tu CV es tan sencillo como dedicarle el tiempo que un documento tan importante requiere. ¿No tienes ese tiempo?, ¿no quieres hacerlo? Busca a alguien que te lo corrija (¡hola, por cierto!).
Dos. Has corregido tu CV, pero la gramática o la coherencia sintáctica dejan mucho que desear.Te lo has currado. No hay faltas de ortografía: lo has pasado por el Word y, para asegurarte al 110%, se lo has enviado a tu primo, el filólogo hispánico, que le ha pegado un repaso para evitar que le sigas llamando a la hora de merendar.
El resto de casos son muchos y, hoy, con tantísima gente buscando un puesto de trabajo, hay más oferta que nunca para cubrir la poca demanda. Para destacar tienes que saber diferenciarte del resto a la vez que mantienes un estilo propio y planteas, de un modo indirecto, aquella solución que puedes aportar a la plantilla. Todo ello, puede ser difícil si, al corregir tu CV, las únicas manos por las que pasa son las tuyas, por ello, he recopilado una serie de consejos que te ayudarán.
Consejos básicos para corregir tu CV
#1 Ortografía, gramática y estilo
Ya lo hemos dicho. Pero vuelvo a ello. El CV se corrige de arriba abajo y de abajo arriba. Y ya está. Cuando lo enviemos, debemos estar seguros de que es perfecto para el puesto de trabajo al que aspiramos.
#2 Es un papel que refleja una parte de ti
En otras palabras, fuentes, estilo, tamaño de los títulos y del cuerpo del texto y los colores que vamos a utilizar tienen que mantener una coherencia. La fotografía tiene que ir por los mismos derroteros (nada de uno foto excesivamente seria o poco profesional, ¡siempre depende del puesto!). Exactamente lo mismo ocurre con los idiomas, está muy bien que tengas un nivel C1 de inglés, pero al corregir el CV asegúrate de que todo esté en español o todo esté en inglés (o en el idioma que consideres más adecuado para el trabajo que aspiras conseguir).
A partir de aquí, claro que puedes personalizar o diseñar un CV espectacular, pero no te olvides de prestar atención a lo anterior. Un buen diseño y un formato adecuado ( ¡como estos!) despertarán el interés del destinatario, pero no lo fastidies con una falta de ortografía o un popurrí de tipografías.
#3 Es el punto de partida, ¡ten esto presente!
Los objetivos de tu CV tienen que ser claros y acordes con tu realidad. Cuando no es así, es cuando el departamento de RRHH de cualquier empresa se encuentra con frases que no aportan valor; por ejemplo: "Entrar a formar parte de su plantilla y aprovechar mis conocimientos técnicos para crecer conjuntamente en un puesto de trabajo con proyección de futuro."
Pero no solo eso. Al corregir tu CV también comprobarás que tus competencias o tus logros no son medallas que, mágicamente, vayan a darte acceso a un trabajo, sino el medio para poder seguir convenciendo a nuestro posible interlocutor a partir de ahí. Por ello, todo lo que no es relevante puede quedar fuera del currículo: educación primaria o secundaria si tenemos un título universitario, voluntariados no relacionados o premios o distinciones al margen del sector.
Podríamos resumir todo lo anterior en objetivos, coherencia, relevancia, adecuación del currículum vítae a nuestro propio estilo y una comunicación eficiente. Pero hay algún truco también. A ver si te sirven.
#4 Trucos para corregir tu CV (que esperabas desde el primer párrafo)
Ante todo: imprímelo. Parece una tontería, pero cambiar el formato e incluso acercarse a una de las posibles formas de lectura de nuestro destinatario es una forma genial de encontrar errores que, anteriormente, te han pasado por alto.
En esta línea, algo muy importante al corregir nuestro CV es leerlo desde diferentes puntos o secciones (estudios académicos, experiencia, logros, datos personales...) y de modos distintos: en diagonal, en detalle... Esto nos ayudará a agrupar diferentes visiones del documento.
Otro aspecto al que se le suele dar mucha relevancia es el hecho de ir actualizando, con frecuencia, nuestro CV (siempre puede haber una errata, un nuevo logro importantísimo, lo que sea); cada vez que lo hagas, deja pasar un par de días entre la redacción y la corrección del mismo: no te va de cuarenta y ocho horas y conseguirás separarte del mismo lo suficiente como para poder ver cosas que antes no habías visto.
Por último, volvemos al principio: pídele a alguien que lo lea y lo relea unas cuantas veces, que te dé su opinión y que te ofrezca consejo sobre posibles cambios; y si no tienes a nadie con ganas para hacer eso, mándanos un e-mail, o llámanos en un minuto que tendrás libre, que también tenemos experiencia corrigiendo unos cuantos cientos de currículos.