Los niños curiosos por aprender.
Como todos habremos oído una y otra vez. Los niños son el animal más curioso que existe. Partimos de la base de que necesitamos saber más y más. Aunque con el paso de los años, parece como si esa curiosidad fuera en detrimento y nos volvieramos más conformistas. O por lo menos en cuanto a la vida se refiere. Centraremos nuestra atención en otras cosas que aunque satisfagan nuestras necesidades básicas de información. En verdad no nos sirven para nada en nuestras vidas. De ahí, que los programas del corazón tengan tanto tirón. Todos sabemos lo que son, y la mayoría si le preguntas te dirán que no les gustan y que no les interesa. Pero, después te podrán decir la vida y milagro de todos los famosos que salen.
Somos curiosos por aprender y entender la vida. Y es una necesidad que todo ser humano tiene. La cuestión es que en vez de utilizar la curiosidad para cubrir la necesidad de conocimiento. La estamos utilizando para lo que nos dice la televisión. Para conocer la vida de gente que nunca tendrá relación con nosotros. Una información que en verdad nos resulta totalmente vanal, sin ningún valor.
¿Por qué hacemos esto? Es muy sencillo, aunque nos parezca mentira en la actualidad tenemos menos tiempo que el que nunca se ha tenido para el tiempo libre. Además estamos más cansados. Nos movemos en una rueda que siempre es igual, vamos de la cama al trabajo, salimos, compramos algo, acabamos rendidos delante
Por suerte los niños conservan durante los primeros años esa habilidad mágica que es la curiosidad por aprender y conseguir respuestas al mundo que les rodea. Un ejemplo, es el que vamos a ver sobre la acción de abrir y cerrar puertas, ventanas, cajones…
¿Cuándo empiezan a abrir y cerrar?
Como en todos los desarrollos evolutivos de los niños, no hay un momento perfecto para desarrollarlo. Sino que cada niño llegará en su momento. La edad está en torno a los 13 meses de edad.
En muchas ocasiones hemos hablado de la importancia que tiene la observación y la relación en el aprendizaje de los niños más pequeños. Al fin y al cabo, no saben hablar ni entienden bien. Con lo que tienen que apoyarse tanto en lo que ven como lo que oyen al mismo tiempo. Los niños desde que nacen toman como referencia a los adultos que están a su alrededor, por lo general los padres. Y una de las cosas más cotidianas, es abrir cajones, puertas, ventanas. Durante los primeros meses, los niños no se dan cuenta de que se hace y por que se hace. Pero, llegará un momento que el niño empiece a interesarse por los movimientos combinados.
Así, seguro que sucede desde el primer día que quiere llegar a otra habitación pero no puede por que le hemos cerrado la puerta. Lo que hará que le llame mucho la atención. Desde ese momento, el niño prestará mucha atención a lo que hacemos. Y no solo con las puertas, sino con las ventanas, cajones…
Simplemente observándonos, conseguirá comprender el funcionamiento del mundo que nos está rodeando. La siguiente fase será imitar nuestras acciones para poder conseguirlo el solo.
Entonces empieza la fase de prueba. Como ya hablábamos con las escaleras y los niños. Durante un periodo largo de tiempo, el niño se pasará gran parte del tiempo, intentando abrir y cerrar todo lo que pille. Lo que puede sacarnos de nuestras casillas en alguna ocasión. Pero, el está aprendiendo. Con lo que debemos de tener paciencia. Ojala, más de un adulto, se tomara tan en serio lo de aprender algo nuevo. La constancia y la obsesión por aprender serán básicas y el principal apoyo que tendrá el niño a la hora de aprender movimientos tan complejos para ellos.
¿Qué debe tener en cuenta el niño a la hora de abrir y cerrar?
Abrir y cerrar, parece que son movimientos muy sencillos. Nosotros los realizamos a diario, cientos de veces y no nos damos ni cuenta. Vamos que no tenemos ni que pensar en ello. Claro, que esto es por que algún día lo aprendimos muy bien y nos quedo para siempre.
Ya sabes que los desarrollos que consiguen los niños durante los primeros años de vida, son los que tendremos que usar el resto de la vida, sin dedicarles tiempo. Ya que son movimientos tan necesarios, que no podríamos estar pensando en ellos constantemente, ya que nos paralizaría el mundo. Es uno de los motivos por los que a los niños pequeños les resulta infinitamente más fácil aprender un idioma que a los adultos. Cada cosa tiene su momento. Y el aprendizaje básico se realiza antes de los 5 años.
Aunque a nosotros nos parece que abrir es algo muy sencillo. No lo es para nuestros cuerpos. Debemos tener coordinados un gran número de sistemas. Entre ellos, hablamos de la vista con los movimientos. Además debemos tener cierta fuerza. Y lo que es más importante. Los niños deben de darse cuenta que cuando están moviendo objetos, pueden darles golpes a ellos mismos. Con lo que deben controlar, el estado de la puerta, mueble… Y prever la trayectoria que tendrá la puerta al abrirla o al cerrarla. Algo muy complejo y que las primeras veces suele darnos algún golpe. Con el que aprenderemos para la próxima vez.