Aprender a decir no en el trabajo es uno de los grandes retos de la mayoría de los profesionales. Consideramos que decir no puede generar importantes consecuencias negativas para nuestro futuro. Preferimos embarcarnos en proyectos que nos generan ansiedad, estrés, que nos superan y nos pueden antes que decir que no a algo externo que nos solicitan. ¿Por qué nos cuesta tanto decir NO? ¿Cómo podemos aprender a decir No de forma asertiva y liberarnos del miedo generado?
¿Por qué no decimos NO?
Si eres incapaz de decir que no en el trabajo, si cuando un compañero te pide algo dices que sí a pesar de estar saturado y no tener tiempo, si a pesar de todo (incluyendo tus ganas y problemas) te involucras hasta la extenuación… Es el momento de aprender a decir que NO.
Antes de dejar de hacer algo, de abandonar una práctica que está muy instaurada en nosotros, es importante y fundamental saber el motivo por el cual tenemos esta tendencia y mantenemos esta actitud a pesar de las consecuencias negativas que tiene sobre nosotros. Es muchísimo más fácil quitar algo si conocemos el origen. Si no, será hacerlo a la fuerza y así, no solo nos costará más sino que seguramente, en poco tiempo, volvamos a la rutina anterior y el esfuerzo no habrá servido más que para agotarnos.
El origen de por qué no decimos NO puede ser muy variado dependiendo de la persona y sus circunstancias pasadas (poco o nada tiene que ver con el presente o el entorno actual). La costumbre aprendida de no saber decir NO suele ser algo muy instaurado en nosotros que nos viene de la infancia y suele estar relacionado con la necesidad de aprobación.
De hecho, si vamos más allá, el no saber decir que no a pesar de que realmente no queramos hacer eso, no podamos y nos cueste algún que otro disgusto, proviene de nuestro miedo a no ser necesarios, a las consecuencias sobre el cariño recibido que puede tener si decimos que no y que la otra persona se busque a un sustituto y ya no nos busque más. Ahí suele estar la principal razón para no saber decir que no.
Decir que NO puede llevarnos a la exclusión y eso, a nivel profesional podría tener importantes consecuencias como el despido.
Pero lo que debemos tener muy en cuenta es que esta creencia es eso, una creencia que está en nuestra mente, en nuestra cabeza y que no es realidad. Son estas creencias las que nos hacen tremendo daño emocional y nos condicionan hasta tal punto de convertirnos en infelices. Nos asustan las consecuencias. No sentirnos necesarios a menudo puede generar mucha ansiedad, miedo, estrés y más en el entorno laboral… ¿Qué hacer? No decir que NO nunca y así asegurarnos que el otro nos buscará.
¿Es saludable no decir que No?
Por supuesto que no. Porque todos tenemos cosas que hacer, momentos de vida en los que estamos menos disponibles (aunque solo sea por ganas), situaciones en las que no podemos dar y tenemos que centrarnos en nosotros… No saber decir que no hace que saltemos por los aires de forma interna porque estamos priorizando lo que otros necesitan a lo que nosotros mismos queremos. Es algo que tarde o temprano nos va a hacer daño, nos va a causar dolor interior y tendrá efectos muy nocivos para nuestra salud.
En el entorno laboral no saber decir que no puede que ayude a otros pero en realidad, tampoco es así. Si no sabemos decir que no estaremos saturados, cansados, sobrecargados de trabajo y ante todo, hastiados. Y esto, es el mayor enemigo para nuestra salud emocional y también física (tener todo esto encima muy pronto tendrá consecuencias en nuestro cuerpo físico).
Aunque parezca lo contrario, que somos personas súper disponibles y que así los demás nos querrán más porque saben que pueden contar con nosotros, realmente no es así. Podemos incluso generar rechazo porque nuestro carácter va a cambiar y en el entorno profesional, podemos encontrar la consecuencia opuesta: perder nuestro empleo. Estar saturados de trabajo, desmotivados y agotados nos llevará a no dar lo mejor de nosotros mismos, a no ser creativos, a no aportar y no ser lo que esperaban. ¡Cuidado con no saber decir que no!
Cuando decir sí es decir no
Aunque parezca contradictorio, cuando dices sí a algo que no puedes hacer – no quieres, estarás diciendo que no. No a ti mismo, a tus necesidades, a tus objetivos, a lo que tú quieres. Decir sí a los demás es decirte que no a ti. Quizás si lo piensas así te sea más fácil entender por qué te sientes tan mal a nivel emocional y físico al decir que sí a todos los demás en todos los momentos.
Analiza un poco tu vida, tu pasado y tu necesidad de aprobación. Seguramente si ahora te cuesta decir que No sea porque antes querías que te aprobaran, que te necesitaran, que te buscasen y sientes que lo consigues diciendo que sí a todos y a todo en cualquier momento. Aprender a decir que no es saludable para ti y será la mejor forma de decirte que sí a ti mismo.
Cómo decir NO en el trabajo
Una vez que tienes identificado qué te ocurre que te impide decir que no a los demás sobre todo en el ámbito laboral (con acompañamiento el proceso será más fácil y llevadero), es el momento de adoptar prácticas que te ayuden a saber decir que no. Uno de los métodos que más se conocen con efectos positivos es el de DOC con el cual podrás establecer si puedes o no acometer lo que otra persona te está pidiendo.
Cuando alguien te pida algo, analízalo con el método DOC y a partir de ahí, decide si puedes decir que sí o que no y después, si realmente quieres hacerlo.
D. Distracción
O. Objetivos relacionados
C. Considerar ventajas – desventajas
Cuando alguien te pida algo evalúa si te va a distraer de tus tareas profesionales propias (D), si tiene objetivos relacionados con tu trabajo o es algo totalmente externo (O) y para terminar, considera las ventajas – desventajas profesionales que te puede aportar (C). Con todo esto, seguro que te es mucho más fácil aprender a decir que no. De todas formas, como siempre decimos, tomar e implementar estos cambios con ayuda es mucho más fácil. Por eso en Utopía Coaching estamos habituados a detectar estos y otros problemas ayudándote en la transformación que necesitas. ¿Hablamos?