Nuestro cerebro comenzará a dar tumbos como un boxeador grogui, comprando y vendiendo cada vez con más frecuencia, mientras nuestros ahorros se esfuman en bolsa sin remedio.
¿La solución? Lógicamente, usar reglas en bolsa.
Pero ¿qué reglas?
Normalmente, las reglas pueden ser de tres tipos:
1- Reglas basadas en precio.
Son reglas que están de moda, vigilar el precio e ignorar todo lo demás. La ventaja de basarse en el precio es que es el dato primario de un valor, el que cuenta, y el más rápido: no hay retraso al valorarlo, nos permite tomar decisiones de “alerta temprana”.
No voy a meterme ahora con reglas concretas, ya que hay cientos; pero podemos ver dos de las más sencillas y prácticas a la hora de vigilar un precio: Los máximos y mínimos, y los niveles.
En el ejemplo, obtenido sobre ARNA en Stockcharts.com, y con el oscilador zig-zag para hacer más claros los picos, vemos que el valor a partir de Diciembre, presenta dos máximos y mínimos ascendentes. El precio sube, y seguirá subiendo hasta que deje de hacer máximos o mínimos ascendentes.
Además, observando el precio podemos detectar una clara resistencia en el entorno de 33$. Cuando se rompe, el valor tiene un gran potencial de subida, o de bajada si lo que se perfora es un soporte.
2-Reglas basadas en indicadores.
De nuevo hay cientos de indicadores que puden ayudarnos a percibir los movimientos de las acciones o activos. La cuestión es elegir el que mejor se adapta a nuestro estilo.
Por ejemplo, yo he usado mucho el estilo mean-reversion. Una herramienta posible son las conocidas Bandas de Bollinger, un indicador que rodea el precio del valor por arriba y por abajo, aumentando su anchura en función de la volatilidad del precio. Cuando son perforadas con mucha distancia, es probable un retorno, al menos al centro de las bandas.
El estudio del precio y de los indicadores no son incompatibles, por supuesto. Haciendo la unión de las señales de precio e indicadores que mejor resultado nos den, aumentaremos la tasa de éxitos y la rentabilidad final.
3- Reglas basadas en fundamentales.
Hay muchos fundamentales que pueden recomendar comprar un valor: El alto dividendo, la poca deuda, bajo PER, alto retorno sobre activos, etc etc..
Hay por tanto datos que nos pueden ayudar, pero de nuevo, estas reglas van a tener un retraso en su influencia sobre el precio de una acción, mayor incluso que el retraso de los indicadores. Pero a largo plazo, los valores con buenos fundamentales tienden a hacerlo mejor que la media.
Y por supuesto, podemos mezclar nuestras reglas: por ejemplo, filtrar las acciones para usar sólo las que tengan fundamentales muy buenos, y sobre ese grupo, atender a las señales de precio e indicadores.
Liberarnos del ruido
Todo este ruido nos distrae, nos confunde, nos hace inconsistentes. Sólo debemos hacer caso a nuestras reglas, ignorando lo demás.
Esto no es garantía de que ganemos dinero, pero nos permite progresar. Al seguir nuestras reglas con persistencia, poco a poco las vamos puliendo. Sabemos lo que nos funcionan, nos damos cuenta de nuestros errores, vamos mejorando.
No es fácil, está claro. Pero así tenemos una posibilidad; leyendo hoy un periódico, probando mañana un consejo, y sin reflexionar de verdad sobre nuestra rentabilidad, jamás ganaremos. Necesitamos un plan.
No te olvides del miedo
Otra ventaja de seguir un método es que las emociones no nos torturan. Seguimos el plan, y ya está: Pierdes o ganas dentro de los límites que previamente habíamos definido.
¿Seguro?
En mi experiencia, eso no es cierto. Hasta el mejor plan a veces se hunde.
Fukushima era muy segura hasta que llegó un maremoto. El fondo Long Term Capital estaba avalado por varios premios Nobel de economía hasta que se arruinó.
Por tanto, aunque la metodología simplifica la gestión emocional, nunca hay que ignorar el miedo a meter la pata, la sensación de que la cosa va mal. Muchas veces, nuestra intuición ve los errores con mucho más acierto que nuestra mente, nuestras hojas de cálculo y nuestros backtest.
Ya sé, este es un mensaje poco nítido: “No te dejes llevar por pánicos y euforias, sigue tu plan, pero si tienes miedo, no lo ignores”. No es un mensaje que venda mucho, es demasiado complicado.
Pero es que hay que mezclar, razón y sentimiento, cálculos e intuiciones; la bolsa es compleja, hay que equilibrar nuestras armas. Y el miedo a perder nos mantiene atentos, alertas, y puede salvarnos de desastres.
Pero siempre, partiendo de un método. Lo primero saber las reglas. Si no, no juegues.
Las estudiamos, las probamos en la bolsa, las interiorizamos al máximo y entonces, sí, la intuición nos ayudará.
Es el camino del éxito..
SlowInver.
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By slowinverPsicología de la inversiónLeave a comment FacebookshareTwittertweetGoogle+share El método de Alexander Elder: la triple pantallaUn sistema que gana 1.000.000 € en bolsa (y II)