Bromas aparte, ¿por qué nos costará tanto aceptar lo que somos? Holanda tiene una tasa de paro en torno al 7% y un Salario Mínimo Interprofesional de 1.486 euros, mientras que España tiene un paro que ronda el 25% y un SMI de 645 euros. Pero lo que nos jode no es eso, sino que Holanda nos marque cinco goles. Y menos mal que no hay que preocuparse por las primas de los jugadores que alguien, ante de vender la piel del cordero antes de cazarlo, las había subido 720.000 euros por cabeza, sin preocuparle lo más mínimo de los millones de parados. Porque, si España ganara el Mundial –cosa que ya parece muy difícil–, tendrían que abonar 120.000 euros más que a los vencedores de hace cuatro años en Sudáfrica, lo que supone un incremento del 20%. Y, por mucho que que los millonarios jugadores de La Roja tengan el hipotético gesto patriótico de ceder parte del mismo para ayudar a los desfavorecidos, esas cantidades legales siempre serán de dudosa ética.
Pero tranquilos, porque, pese a la publicidad engañosa y al lema ciego y obsesivo de ganar, ganar y ganar, España no parece ser capaz, enBrasil, de revalidar el título mundial de hace cuatro años, incluso los 720.000 por cabeza, y parece tener incluso problemas para lograr pasar a octavos. Y las primas que se pactaron hace un mes en una reunión entre los jugadores y la Federación no podrán ser aplicadas como se esperaba. Unas primas que fueron aumentadas en cada competición y en función de los títulos cosechados. Así, en el Mundial de Alemania 2006, los incentivos ascendían a 540.000 euros, mientras que, en Sudáfrica 2010, fueron 600.000 euros y, actualmente, es la más alta de todas las selecciones participantes en este Mundial. Frente a los 720.000 que se embolsaría cada uno de los internacionales de Vicente del Bosque, selecciones como Brasil, la anfitriona del torneo, se repartirían 330.000 euros por futbolista, mientras que Alemaniase conformaría con algo menos, 300.000 euros por cabeza. Así que tranquilos y disfrutemos del juego más que de los puntos positivos para hacer fortuna. Y más que aprender a ganar, cueste lo que cueste, hubiera sido mejor hacer la promoción sobre jugar bien, aunque se pierda. Como en la vida, en la que a veces se gana, otras se pierde, pero siempre nos deja una enseñanza.