Aprender buenos hábitos mientras nuestros hijos juegan.

Por Mamapsicologain @mamapsicologain

Repetidamente hablamos sobre enseñar buenos hábitos a nuestros hijos, hábitos sobre alimentación e hidratación, sobre higiene personal, hábitos de comportamiento en la mesa o en casa cuando vamos o viene visitas, hábitos de estudio ... Como madre insisto una y otra vez en la importancia de inculcar buenos hábitos en nuestros hijos cuando aún son pequeños, sin esperar que pase el tiempo y crezcan. Hace poco ya escribí sobre esto mismo en el artículo " Cómo inculcar buenos hábitos en nuestros hijos sin desesperarse " pero hoy vuelvo a insistir en ello desde otro punto de vista.

Los que somos padres o madres sabemos que la tarea de enseñar buenos hábitos no siempre es fácil pero ello no significa imposible. Como todo, enseñar y aprender hábitos requiere tiempo, paciencia y mucha repetición. Hay algunos hábitos que cuestan más en consolidarse que otros pero todos con el tiempo, la constancia y la paciencia necesaria acaban por instaurarse e integrarse en nuestras vidas, en las de los niños igual. Un modo de enseñarles buenos hábitos es hacerlo mientras juegan ¿por qué? Ahora te lo cuento.

Aprender buenos hábitos mientras nuestros hijos juegan.

1. Evita:

  • la repetición constante y agotadora de frases como "!lávate las manos", "recoje de una vez tus juguetes", ...;
  • el mal ambiente que se genera cuando les gritamos para que nos obedezcan;
  • la mala predisposición a hacer algo por obligación;
  • que nuestro hijo perciba el aprendizaje de ciertas conductas como una pesadilla de órdenes pesadas y sin sentido;

2. Proporciona:

  • un ambiente más positivo y menos restrictivo,
  • una predisposición a realizar las tareas que le solicitamos que haga,
  • una visión del aprendizaje de estos comportamientos más fácil de realizar,
  • un aprendizaje más sencillo de conseguir.

Mientras escribo esto me vienen a la mente lo difícil que es enseñarles a recoger, y las grandes batallas que debemos librar para que recojan todo después de jugar. Pues bien, aunque no es fácil, debemos incorporar la tarea de recoger los juguetes como parte de la rutina de juego, avisando de que llega la hora con un poco de antelación. Avisándoles evitaremos que no angustien de repente ante la idea de finalizar una actividad tan placentera como es jugar.

Cierto que en nuestra tarea como padres, educar no es nada fácil, pero siguiendo algunas de estas pautas podemos ir allanando algo más el camino y evitar gritos y peleas innecesarias. Evidentemente, en la vida del niño no todo es un juego, pero si facilitamos un poco las cosas para inculcar estos comportamientos conseguiremos que nuestros hijos aprendan más fácilmente los buenos hábitos de los que luego tan orgullosos se sentirán.

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