Aprender de los errores: 10 errores que (casi) todos cometemos.

Por Miriam100890

Seguro que has oído más de una vez las frases de “Hay que aprender de los errores” “De los errores se aprende” o sus múltiples variantes.

Y es cierto, cometer errores es una de las mejores maneras de aprender que existen.

Nos caemos, nos levantamos, tropezamos, nos volvemos a caer y nos levantamos de nuevo millones de veces a lo largo de nuestra vida.

Hay muchísimas cosas que aprendemos por ensayo y por error, hay muchísimos lugares a los que llegamos porque los otros caminos nos han llevado a lugares diferentes.

Es cierto que de los errores se aprende, sin embargo hay errores que (casi) todos las personas cometemos y de los cuales no aprendemos.

Parece ser que el dicho ” El ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra” también es bastante cierto. Y no solo dos ¡Tropecientas!

Seguramente no te hayas dado cuenta de que estás cometiendo estos 10 errores de los que hablo Así que ¡Sigue leyendo!

10 Errores que todas las personas cometemos

Pero ¿Por qué no aprendemos de ellos y los seguimos cometiendo día tras día?

Simplemente porque no consideramos que sean errores, sino que los vemos como cosas normales e incluso lógicas que hace casi todo el mundo.

Pero ¿Has oído alguna vez la frase “Come mierda. 1000 millones de moscas no pueden estar equivocadas?

Si, hoy el tema va de refranes

Pero bueno, a lo que vamos. Voy a hablarte de estos 10 errores que estoy casi segura que estás cometiendo y no eres consciente de ello, para que dejes tropezar con la misma piedra.

1. Creer que vas a vivir para siempre

Lamento recordártelo pero el tiempo que tienes de vida es LIMITADO.

Al fin y al cabo la muerte es lo que da sentido en la vida y en el momento en el que la pierdes de vista también estás perdiendo de vista el sentido de la vida.

Estoy segura de que eres consciente de que hay muertes a diario en casi todos los lugares del mundo, de que hay enfermedades que pueden detectarte de un día para otro o de que ocurren atentados y asesinatos de manera más frecuente de la que te gustaría; sin embargo también estoy segura de que consciente o insconscientemente sientes que son cosas que no te van a pasar a ti.

A ver, por supuesto que no hay que obsesionarse con ello y que al fin y al cabo ignorarlo es un mecanismo bastante adaptativo, sin embargo si que es importante que tengas claro que no vas a vivir para siempre.

Es cierto que no sabes el tiempo que tienes y tan poco debería importarte, lo que único que tiene que importante es que sea el tiempo que sea hagas con el algo que realmente merezca la pena.

Qué disfrutes del viaje que la vida te regala, que dejes un legado, que pises fuerte y que aunque no estés aquí para siempre dejes una huella.

Y esto solo es posible en el momento que de verdad entiendas, integres y aceptes que no, que no eres inmortal, porque ese será el momento en el que empezarás a relativizar las cosas, dejarás de tener miedo y te preocuparás de las cosas realmente importantes.

¿No crees?

2. Vivir en el pasado y en el futuro

Este error esta íntimamente ligado con el interior.

Cómo crees (O sientes) que vas a vivir para siempre no te importa desperdiciar tu vida dándole vueltas y más vueltas (y máaaaas vueltas todavía) a cosas que ocurrieron en el pasado o especulando sobre un futuro que quizás nunca llegue.

Y si, de esta manera estás desperdiciando tu vida, porque lo único real, lo único tangible, lo único que existe es el momento presente.

El pasado solo existe en la medida en que lo traes al presente y el futuro es una construcción mental que haces para evadirte de ti mismo y de tu realidad.

¿Cuantas veces te has odio a ti mismo diciendo cosas tipo “Seré feliz cuando….” “Haré esto o lo otro cuando….” “Lo que me hace falta vendrá cuando…”? ¿O cuántas veces has estado esperando el momento perfecto para…?

¡Error!

Estás buscando cosas, recursos o lo que sea en el pasado o en futuro y créeme, la única manera de encontrar algo es en el aquí y en el ahora porque el resto simplemente no es real.

Parece sencillo, pero vivir de verdad, en el aquí y en el ahora es algo que estamos tan poco acostumbrados a realizar que cuando intentamos hacerlo se vuelve una tarea realmente complicada.

Te recomiendo que por lo pronto aprendas a detectar cada vez que te estas proyectando en el pasado o en el futuro, de esta manera cada vez que salte la alarma al menos volverás de manera momentánea al presente.

¡Es cuestión de práctica!

3. Preocuparte de cosas que realmente no tienen importancia

Hace tiempo hablando de todo un poco y de nada en concreto con un amigo salió en la conversación la anécdota de un familiar suyo que había vuelto hace poco de un país bastante pobre (La verdad que no recuerdo de que país se trataba) y al día siguiente de su vuelta encontró a su hijo muy alterado porque el internet de su teléfono móvil iba muy lento. Ese día se replanteó la educación de su hijo y la del país en el que vivimos.

Y después de eso estuvimos un rato discutiendo sobre lo que denominamos “preocupaciones tercermundistas”

Estoy segura de que tú al igual que yo y que todo habitante humano del planeta tierra te has enfadado, irritado o molestado millones de veces por cosas insignificantes.

Es normal y natural que esto ocurra de vez en cuando, el problema es cuando vives constantemente agobiado, irritado o angustiado por cosas que realmente no son importantes.

Y estoy segura de que la mayor parte de tus preocupaciones no son relevantes, ni van a hacerte más feliz.

¿Cuántas veces has pasado días super estresado porque tienes millones de cosas que hacer y el día solo tiene 24 horas?

¿Y a que no te has planteado que pasaría si solo haces la mitad de esas cosas?

Lo más probable es que a penas hubiera repercusión alguna.

¿Cuántas veces te has preocupado por lo que puedan pensar otras personas de ti?

Cuando realmente ¡Da exactamente igual lo que piensen esas personas!

Y así con miles de ejemplos más…

Hay pocas cosas que son realmente importante, pero esas pocas cosas son las que tienen la capacidad de hacerte más feliz.

Échale un vistazo a este artículo.

  • Los 7+1 ingredientes clave de la receta de la felicidad.

4. No ser agradecido

Incluso si te consideras una persona bastante agradecida seguramente se te pasen algunos detalles por alto.

En cada instante del día tienes muchas cosas que agradecer tanto a la naturaleza como a otras personas.

El resultado de lo que eres hoy en día es el conjunto de infinitos granitos de arena que otras personas han ido dejando de en ti.

¿Te has parado a pensar todas las personas que hay implicadas en que una fruta pueda llegar a tu boca?

Está el que cultivó esa fruta, todos los intermediarios, los trabajadores del supermercado, los de control de calidad, quien te suminsitra dinero para comprarla, etc… etc…

Cada cosa buena que llega a tu vida es el resultado de pequeñas acciones que muchas personas han realizado.

Y todas esas acciones y personas son dignos de obtener tu gratitud, sin embargo lo más probable es que ni siquiera fueras consciente de la cantidad de gente que hay implicada en el proceso.

Agradecer es enfocarte en las cosas buenas que tienes en la vida y disfrutar de ellas.

Disfrutar tu presente para mejorar tu futuro.


Ser agradecido es disfrutar de tu presente para mejorar tu futuro
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Hay estudios empíricos que demuestran que las personas agradecidas son más felices. Por lo tanto lo que te estoy contado no es sabiduría popular, sino hechos probados empíricamente

5. Buscar la felicidad en el lugar equivocado

Aunque de esto ya hemos hablado en algún que otro artículo, tenía que mencionarlo aquí debido a que es un error bastante común.

Debido a lo que nos han inculcado desde la cuna, de intereses económicos y de cuestiones en las que no voy a entrar aquí, es bastante común que pensemos que seremos felices cuándo:

  • Encontremos a nuestro principe o princesa azúl
  • Tengamos más dinero
  • Podamos comprarnos esa casa, ese coche, etc..
  • Gustemos a más personas
  • Tengamos más éxito laboralmente
  • Seamos más populares
  • Estemos más delgados (o más gordos) Más altos (o más bajos) Más rubios (o más morenos)
  • Etc…etc…

Y esto no es cierto. La felicidad no está en esos lugares.

Ser feliz es mucho más simple que todo eso.

Simplemente se trata de valorar lo que tienes y disfrutar del momento presente.

Por lo tanto es normal que si buscas la felicidad en el lugar equivocado no la encuentres.

6. Pretender que las cosas cambien haciendo siempre lo mismo

¿Cuántas veces te has quejado repetidamente de una situación sin mover ni un dedo para cambiarla? Sé sincero contigo mismo ¡Todos lo hemos hecho alguna vez!


Locura es hacer lo mismo una vez tras otra y esperar resultados diferentes
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El problema es cuando esto se convierte en la tónica de tu día a día.

Es cierto que es mucho más fácil quejarse que actuar, sin embargo si quieres que tu vida cambie, te guste o no no te va a quedar otro remedio que cambiar tú.

Además te aseguro que los resultados van a sorprenderte y que a veces pequeños cambios pueden producir grandes resultados. Otras veces es cierto que hay que tomar decisiones más radicales.

Pero lo que esta claro es que la mayoría de las veces la cosas no cambian solas y se lo hacen no siempre es en la dirección que nos gustaría.

7. Creer que los demás son mejores que nosotros

Siempre he afirmado que la mayoría de las cosas en la vida son más una cuestión de actitud que de aptitud.


La mayoría de las cosas en la vida son más una cuestión de actitud que de aptitud
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El dicho “querer es poder” no siempre es cierto (no vas a poder ser un futbolista reconocido si tienes 45 años, ni correr una maratón si tienes una enfermedad cardiaca), aunque si que es acertado para la mayoría de las ocasiones.

A lo largo de mi vida he conocido muchas personas, algunas de ellas que han conseguido hacer cosas maravillosas y la única que diferencia que he podido percibir es que esas personas creyeron en ellos, en sus sueños, en sus proyectos y los hicieron realidad.

No eran personas superdotadas, no tenían super poderes ni aparentemente ninguna cualidad extraordinaria, eran personas corrientes que le echaron un par de huevos y creyeron en si mismas.

8. No distribuir bien el tiempo y el dinero

Aunque este punto daría para un libro entero voy a tratar de resumir algunas ideas clave en un par de párrafos.

Normalmente o no tenemos tiempo, o no tenemos dinero.

Y creo que es clave organizarse de la manera posible para que ambos factores se encuentren en un ten con ten.

¿Te has parado a reflexionar alguna vez qué sentido tiene ganar mucho dinero en tu trabajo si estás fuera de casa de 8:00 a 22:00 y no tienes tiempo para disfrutar de tu familia o de tus amigos?

¿O que sentido tiene trabajar muchas horas para luego pagar una asistenta que te limpie la casa porque no tienes tiempo, un entrenador personal porque pasas el día con el cuelo puesto en una silla y una guardería para que cuide de tus hijos?

En este caso lo más probable es que si reduces tu jornada vivirás menos estresado  y tendrás más dinero.

9. Intentar que los demás no cometan errores

Como comentaba al principio del artículo cometer errores es una excelente de manera de aprender.

Pero entonces ¿Por qué nos empeñamos tantos en que las personas a las que apreciamos no se equivoquen?

A veces con las mejor de las intenciones sobreportegemos a otras personas tratando de que no se equivoquen y de que no lo pasen mal, cuando esto es imprescindible para su desarrollo personal.

¿Cuántas veces has aconsejado a algún amigo o familiar tratando de evitar un problema que desde tu posición se veía muy claro?

Con los hijos esto se acentúa un más “Te vas a caer, te vas a caer” ¡Te lo dije!

Es normal que nos duela ver como las personas que queremos tropiezan pero te aseguro que les haríamos más bien si en vez de tratar de evitar que tropiecen, les dejamos tropezar y les ayudamos a levantarse.

10. Pedir antes de dar

La mejor manera de recibir no es pedir si no dar.

Si quieres cariño de alguien no se lo pidas, dáselo y lo más probable es que lo recibas.

Si quieres apoyo ofrecelo.

Si quieres favores hazlos.

Si quieres comprensión, se comprensivo.

Si quieres cambios ¡Cambia tú!

Y si sientes que no eres correspondido, quizás tengas que irte a dar a otro lugar.


¡Ahora es tu turno!

¿Qué te ha parecido el artículo? ¿Cuáles de estos errores sueles cometer? ¿Añadirías algún error más a la lista que se me haya pasado por alto? ¿Quieres contar alguna experiencia personal que crees que puede ayudar o motivar a otras personas?

¡Te espero en los comentarios!

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