Este evento, además de ser una buena noticia, ofrece la oportunidad de hacerse algunas preguntas:
- ¿Cómo obtiene mayores beneficios el aprendiz de editor? ¿Estudiando edición formalmente o aprendiendo sus principios mediante la práctica?
- Es una queja habitual de las personas que asisten a cursos de edición que los profesionales que los imparten se dedican exclusivamente a compartir anécdotas sobre su vida profesional. ¿Existe alguna otra manera de enseñar en qué consiste editar libros?
- ¿Cuál es el perfil ideal del profesor de un curso de edición, el de un académico o el de un editor con larga experiencia profesional?
- ¿Es la industria editorial de algún país hispanoamericano lo suficientemente grande y dinámica como para absorber a los participantes de los cursos de edición que se gradúan periódicamente?
- Cada editorial tiende a practicar la edición de una manera particular, ¿en qué medida lo aprendido por los participantes en estos cursos puede ser aplicado en las distintas editoriales en las que podrían trabajar?
- ¿Es apropiado que en estos cursos la edición de libros sea vista como una actividad más de la industria del entretenimiento?
- ¿Es suficiente estudiar un posgrado para aprender a editar o hace falta cursar una licenciatura?
- ¿Cómo se vislumbra el futuro del libro o el libro del futuro desde la academia?