La actitud con la que afronta las piedras del camino es encomiable y me hizo recordar esta historia de una piedra, que el entrenador de fútbol Manuel Conde me contó hace un tiempo en Vigo:
La piedra:
- El distraído tropezó con ella
- El violento la utilizó como proyectil
- El emprendedor, construyó con ella
- El campesino, cansado, la utilizó como asiento
- Para los niños fue un juguete
- David mató a Goliat
- Miguel Angel extrajo de ella la más bella escultura
En todos estos casos la diferencia no estuvo en la piedra, ¡sino en el hombre!
Por eso, no hay piedra en el camino que no podamos aprovechar para ser mejores.