Con Bluedive suenan como lo harían The Cure de seguir dando guerra y evolucionando con los tiempos, ya que casan perfectamente la tensión sonora y la oscuridad con unos ritmos electrónicos que le dan ese plus de personalidad.
Le siguen Charming Dress, un tema expansivo que se va clavando a cada nota en la piel; Borderland, que si los productores de Stranger Things fueran listos y exploradores la deberían poner en la banda sonora de la segunda temporada de la serie; o M31, que tanto nos puede hacer pensar en el pop electrónico de bandas como OMD o Ultravox en los 80s, como nos transporta al futuro del género.
Culminan por todo lo alto con Nosedive, con una línea de bajo hipnótica que te va poniendo en tensión a lo largo de la canción y su alma robótica, que hacen que estemos ante una pieza única por su magia y su rareza. Me temo que van a dar que hablar en los próximos años...