Empezando por Luna, en la que atisbo influencia clara y evidente de Nick Drake, con un poder de estrujar la patata que tira de culo. Además, debo decir que los momentos de explosión y el solo de guitarra casi hacen que me poner en pie la primera vez que la escuché.
Seguimos con Ese De Ahí, que aún siguiendo una estela sonora similar, debería enamorar a todas esas gentes (como servidor) que han crecido con la música del británico Donovan. Con esto a mi ya me tenía ganado. Tras esta, Porvenir, en la que su voz brilla especialmente (también en las otras, pero en esta tiene una magia especial) y en la que los coros de Alba Escalón le quedan como un traje a medida.
Remata con la hermosamente triste Las Lágrimas Del Día Que No Estés, canción con la que es imposible quedarse impávido ante ella, por la belleza con la que es cantada y por la verdad que supura en cada una de sus palabras. Una pequeña gran delicatessen para quien disfrutar de la música tomándose su tiempo y su espacio. Maravilla.