Tras ese comienzo, calma nuestras pulsaciones con la bella Lost At Home, una de esos temas que como por ejemplo los de Damien Rice, se te clavan en la piel y no quieres desprenderte jamás de ellos, cosa que también sucede en Waiting Outside de forma más acentuada aún y con la que se me antoja casi imposible no soltar alguna lagrimita.
Hit The Road, y espero que no le moleste la comparación ya que la hago desde la admiración por ambos, me entró de buenas a primeras por recordarme por sonido a Jamie Cullum, y I Don't Trust Myself, una delicatessen que supura elegancia por todas y que son rúbricas perfectas para un trabajo brutal.
El defecto que puedo verle es que quiero y necesito más canciones, ya que desde la primera escucha me declaré fan absoluto de Nacho Silvestre, al que no vamos a perder la pista para nada y con el que esperamos contar para futuras hazañas. Una bonita demostración de lo que es la orfebrería musical.