Godoy Cruz parece haber sufrido una severa amnesia futbolística. Sin un farol que alumbre su sendero, deambula inmiscuido en la irregularidad y cosecha más decepciones que alegrías en el torneo Inicial 2012/13. El último fin de semana, volvió a ser víctima de su escasez de recursos y cayó sin atenuantes contra Vélez, gran candidato al título.
La versión 2010 del conjunto de Omar Asad duerme en los anaqueles del recuerdo de muchos tombinos. Dicha formación, propulsada por Diego Villar, David Ramírez, Mariano Donda y Carlos Sánchez, saltaba a los campos de juego con el objetivo de monopolizar el balón y arrasar con sus rivales. Así, accedió al plano internacional y forjó un respeto impensado en el ámbito doméstico.
Hoy, y a pesar de tener al mismo entrenador y eje cerebral, el elenco no reacciona. Más allá de haber disfrutado de un comienzo auspicioso, Godoy Cruz cayó en las garras de la inconstancia con el transcurso de las jornadas, en las que demostró rendimientos sumamente deficientes. La inusitada goleada sufrida ante River en el Monumental resultó el inicio de una racha de cinco encuentros sin alegrías.
Uno de los factores principales que han influido en la merma del cuadro cuyano se erige en la incontenible salida de figuras, un mal que afecta a gran parte de los clubes argentinos. La mayoría de los elementos que ensalzaron la estirpe bodeguera han abandonado la institución; en contrapartida, muchos de los refuerzos contratados no han sabido suplantar sus funciones.
Aún resta poco más de un campeonato para que finalice la temporada, pero la escuadra mendocina deberá encaminar rápidamente su andar para no sufrir su en tiempos futuros (Si la campaña 2013/14 empezara hoy, ocuparía una plaza de descenso). Hallar una fórmula atractiva y saludable será fundamental, al igual que reconstruir la estructura psicológica.
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