Apuntes de la prensa chilena

Publicado el 07 febrero 2012 por Mariosimonovich
La semana última no actualicé Apuntes porque estuvimos con Grace en Chile. Vacaciones. Revisé los periódicos chilenos y no pude despegarme de la observación -si se quiere llamar "periodística"- que uno hace de todo lo que se puede ver en la calle: baños públicos, orden urbano, arquitectura, tránsito, horarios de trabajo, limpieza, trato de los chilenos con los turistas, kioscos, venta de alcohol, precios de aquí vs precios de allá, idiosincracia, estudiantes que trabajan vs jóvenes que trabajan pero no estudian, pasión futbolera, pasión churrasquera, calidad de las habitaciones de los hoteles, estado de las rutas, televisión chilena, cultura chilena, la música que pasan en las FM de allí, cuidacoches de allá y de acá, mendigos de acá y de allá, perros abandonados de acá y de allá, etc. Y una conclusión: no se puede hablar de periodismo y medios de comunicación aisladamente de cómo está Chile (o la nación que sea ) como país. Las dos cosas van juntas. Por eso, las dos partes de esta entrada.
1. Chile como país En Horcones, los baños son gratis pero están re sucios. En Mendoza los baños están sucios en cualuquier lado, hasta en Palmares Open Mall. Salvo uno que vi vacío, los tachos de basura en Horcones están repletos. Cruzás la frontera y ahí nomás, en Libertadores, tenés baños modernos y limpios (hay que pagar) y tachos de basura con espacios. Primer diagnóstico: en Chile se labura más y en Argentina se labura menos (el 90% del presupuesto de Vialidad se va en sueldos) . Además, el orden y la limpieza parecieran generar una ola de contagio en toda la gente: en Argentina, los chilenos cruzan en rojo, pero en Chile, los argentinos respetan el rojo que se pasan por el traste en su propio país y adentro de los baños públicos son tan limpios como en los baños de sus propias casas. En Argentina no hay papel higiénico en ningún baño. En Chile los hay en todos, aunque implique pagar 3 ó 5 pesos (de los nuestros). 
El periodismo argentino muy poca bola le ha dado al tema de los baños públicos. En la frontera con Brasil, por Paso de los Libres y Uruguayana, hay graffitis de barrios porteños en los baños, que van disminuyendo a medida que uno atraviesa los kilómetros y las estaciones con baños en Brasil. Por suerte, Chile está muy lejos de Buenos Aires y si bien los porteños siguen siendo los únicos argentinos que gritan cuando hablan (porque también los vi este verano vacacionando en Chile y escuchando de ellos frases egocéntricas, como "sho a Chile me lo conozco de punta a punta"), aún no se les dio por la maña de llenar los baños  públicos con los nombres del conurbano bonaerense. Y eso que me tocó hacer cola para entrar a un baño de una estación de servicio allí en Viña, camino a Reñaca: los tres chilenos que pasaron antes que yo tocaron la cadena y dejaron todo limpio. En Mendoza, repito, entrás a cualquier baño de Palmares, y pareciera que por allí desfiló a último momento la barra brava del Tomba. Lo tengo que decir así.
El segundo diagnóstico está en el mantenimiento de las rutas. Desde Libertadores hasta Viña no hay ni una ruta con pozos y agujeros, como los hay en toda la provincia de Buenos Aires. Del lado de Mendoza los caminos no están mal, pero les falta mantenimiento. Del lado chileno, repito, hay trabajo y hay doble vía desde Los Andes hasta Santiago, La Serena, Viña del Mar y Valparaíso. En Argentina recién vemos la doble vía cuando salís de Mendoza rumbo a Buenos Aires. En Viña vi un solo choque de vehículos. En Mendoza los veo constantemente, día a día, porque no respetan las señales de tránsito ni otras normas.
Cuando entré a la habitación del Apart Hotel del Queen Royal, calle Ecuador, entre Vianna y Valparaíso, noté algo importante para un tipo de un metro noventa y seis como yo: cama matrimonial con doble colchón sommiers. Quince días antes habíamos estado en Merlo, San Luis, en un hotel sin mucha de diferencia de precio con éste de Viña: colchón matrimonial utrafinito, onda años setenta. El año pasado estuvimos en Villa Gesell y lo mismo con la cama matrimonial. Y el anterior, en Mar del Plata, en un hotel que hoy sale casi lo mismo que el de Viña: un colchón tan, pero tan finito, que se me agudizó la hernia de disco, metido en una cama que tenía que doblarme en cuatro partes para entrar. En Viña, la cama del Queen Royal y la cama misma fue de primer nivel. La cama en las vacaciones no es un detalle menor. Es el detalle de la calidad, de invertir, de hacer las cosas bien. Los medios argentinos suelen escaparle a estos temas, pero es bueno destacarlos, porque hacen a la calidad del país.  Pero también a otra cuestión de fondo: al trabajo, mejor dicho, a la cultura del trabajo y a la cultura de hacer las cosas con la cabeza puesta en el mundo.
Estos diagnósticos nos ayudarán a elaborar una conclusión a esta entrada del blog, que tiene que ver con el periodismo.
2. Algo del periodismo chileno Aquí encontré dos países en dos tipos de prensa, pese a que por afuera (lo que describrimos recientemente en el diagnóstico) la impresión es que existe un país trabajador, que valora lo suyo -que por ejemplo no rayonea las butacas de los hermosos vagones del metro-subterráneo que une Viña con Valparaíso-. Al ser dos tipos de prensa, la prensa con lenguaje estadístico-económico vs la prensa ultrasensacionalista, se pierde la oportunidad de construir una prensa masiva, con un lenguaje entendible para todos los públicos y con temas de punta que interese a todos los sectores sociales por igual.
Luego les daré más detalle del mismo, con ejemplos.