Aquel último viernes 26 de julio en la calle dieciocho.

Publicado el 06 agosto 2024 por Adriana Goni Godoy @antropomemoria

Juan Carlos Chávez-Floor Pilquil

Darío Chavez y su familia.

AQUEL ÚLTIMO VIERNES 26 DE JULIO EN LA CALLE DIECIOCHO.

Fue un día viernes, sí justo un día como hoy en que el frío invierno caló hondo tus huesos y te tuviste que acostar apenas llegaste del centro. Pero ese día fue especial porque resultó en una paradoja que determinó el resto de nuestros días por cincuenta años. Fue aquel viernes en que te sentiste dichoso y pleno en tu paternidad, estuvimos juntos los tres en una sala de la calle Dieciocho en el DUOC. Mi madre te observaba cercana a un ventanal que daba hacia dentro del recinto, mientras tú tomabas los últimos exámenes a tus estudiantes. Tu rostro expresaba satisfacción y orgullo de todo lo que se había logrado durante el primer semestre de duro trabajo. Tus compañeros de la universidad te habían invitado a formar parte del cuerpo docente de la escuela de teatro del DUOC. Aceptaste encantado, ya que era tu pasión y así te iniciaste como profesor de expresión corporal o movimiento, como se dice en la actualidad. Estabas de lo mejor conversando con tus alumnos, siempre con tu sonrisa a flor de piel, cuando captaste la mirada tierna de mi madre conmigo en sus brazos. Saliste de la sala como un rayo, de manera compulsiva y desbordante de felicidad hasta encontrarte con ella. La abrazaste junto a mí con un beso que duró una eternidad, luego la miraste con esos ojos profundos que tenías, me miraste a mí y luego se volvieron a mirar como aquella primera vez en que se conocieron en la marcha en la Alameda casi llegando a la avenida Portugal. Mientras se miraban, te brotaron unas lágrimas de felicidad, entonces me tomaste en brazos, besaste mi frente y enloqueciste por todo el pasillo como un rey anunciando el nacimiento de su heredero al trono. En el camino te fuiste encontrando con tus colegas, mientras mi madre te acompañaba tratando de mantener tus pasos. A los colegas, estudiantes y funcionarios les ibas diciendo siempre lo mismo: «Miren qué guagua más linda, no? él es mi hijo». Así me presentaste por primera y última vez a ese mundo del teatro que tanto amabas, así como a mi madre. Qué extraño no, como un Alfa y Omega, tanta felicidad y tristeza en un mismo día como las clásicas tragedias de los héroes de la antigüedad. 26 de julio de 1974, medio siglo desde aquella maldita noche en que las nieblas rodearon nuestra casa en Quinta Normal. Once de la noche, mientras tú estabas acostado bajo varias frazadas, golpes en la puerta que retumbaron por todo el pasillo. A veces, me dan ganas de viajar en el tiempo y decirle a mi papito querido que se esconda, que huya, pero no hay caso porque mi papá nunca habría aceptado eso. Así esa noche, un poco tembloroso, decidió acompañar al ángel de la muerte a su destino desconocido. Cerraron la puerta y mi madre intentó mirar desde la escalera del jardín, pero era demasiado peligroso. Todo se hizo más oscuro que el propio invierno en plena noche, nuestros corazones se enfriaron hasta casi perder los latidos, aún así los recuerdos felices de aquella tarde en la calle Dieciocho vuelven a encender nuestras almas y la porfiada obsesión de creer que tu sacrificio jamás, pero jamás podría haber sido en vano.

Juan Carlos Chávez-Floor Pilquil

Ismael Darío Chávez Lobos

Detenido Desaparecido el 26 de julio de 1974 en Quinta Normal. Actor de teatro de la Universidad de Chile, profesor de Expresión Corporal (Movimiento) en el DUOC – UC y estudiante de Derecho (U. de Chile). #Lista119#OperaciónColombo

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