Un poquito de mi AQUELARRE
Foto por rociosalazarp
Llamami atención lo que puede producirse cuando dos o más mujeres se unen en son dela palabra. Es como si una fuerza superior las manipulara y las hiciera hacer ydecir cosas que no estaban en libreto, cosas que ni siquiera estaban en el pensamientohasta ese momento. Los temas de conversación son diversos, depende de la edad ylos intereses de cada grupo, de la edad y los caminos que ha tocado abordar. ¡MENTIRA!El tema final es solamente uno: el Hombre y el “niño” que los acompaña. Tratarde entender a un hombre es parte de las tareas obligatorias de muchas de nosotrasy esas instancias de “intercambio de opiniones” son fundamentales para darnoscuenta que no estamos solas en este periplo, sino que somos muchas, o todas,las que necesitamos de un oído comprensivo que nos escuche y apoye en esta,larga y dura, vida.El“niño”… por Dios que se tejen mitos con respecto a tan preciado tesorofemenino, pero tan imperfecto a la vez. Creo que esa imperfección en el uso(siempre he creído que el problema es el uso y no el esperpento en sí) hace quesea tema recurrente en nuestras cabezas. ¿Cómo hacer perfecto todo contacto conel “niño”?, ¿cómo estar satisfechas con el “niño” que elegimos? Porque loelegimos, nada de “demencia temporal” como escusa. ¿Cómo vivir toda una vidacon un sólo “niño”?, ¿qué hacer cuando el niño se va? y ¿cómo encontrar unonuevo y funcional? Se me ocurren tantas preguntas y tan pocas respuestasgenéricas, ¡es como pensar en la forma del aire!Mujeresde mi vida, compañeras en este afán de perfeccionar el uso del “niño” paranuestro bienestar físico y sicológico, las llamo a la unión en contra de esoshombres que no saben cómo usar nuestro imperfecto tesoro. Las convoco aconversar del tema, a contar todo lo que tienen dentro (o han tenido) para queal final de tanta palabra quedemos con la sensación de que, por lo menos,intentamos mejorar lo que más amamos. Obviamente no les aseguro un buen uso enel futuro, pero sí que el espíritu quedará más tranquilo y nuestras almaslograrán la comunión.
¡Ah! Se me olvidaba…GRACIAS a todas esas mujeres que crearon en mi vida una malla anti “golpes enel cemento”, hacen todo más liviano de llevar y cualquier caída menos dolorosa.