Aquellas Maravillosas Series: Las Chicas de Oro

Publicado el 21 julio 2013 por Despiram @FrikArteWeb

Thank you for being a friend… Así empezaba cada episodio de, para mí, una de las comedias más grandes que ha parido la televisión, si no la que más. Y lo digo habiéndola revisionado ya con una edad hace un par de años. Siempre le tuve cariño pero viéndola con ojos de adulta, porque en mi infancia los revisionados fueron varios, aprendí a quererla y admirarla más.

Me estoy refiriendo a Las Chicas de Oro (The Golden Girls) que fue creada por Susan Harris y que la NBC emitió durante siete temporadas entre 1985 y 1992 siendo durante seis de las mismas uno de los diez programas más vistos.

Por si alguien no sabe su premisa argumental, Las Chicas de Oro trataba sobre cuatro amigas que compartían una casa en Miami, que lejos de ser su lugar de retiro, era donde todas trabajaban. Además de su amistad, en los episodios se trataban sus aventuras y desventuras amorosas o sus relaciones familiares, sin olvidar las dificultades laborales o los problemas de salud asociados a su edad.

¿Quienes eran esas cuatro amigas? La casa era de Blanche Devereaux (Rue McClanahan), una dama sureña ligona a más no poder y muy coqueta que tras quedarse viuda decide que la mejor forma de que no se le caiga su casa encima es compartirla. A su primera compañera, la ingenua e inocente Rose Nylund (Betty White) la encuentra en un supermercado. El cuarteto lo acaban formando una madre sarcástica y una hija irónica, Sophia Petrillo (Estelle Getty), que huye de la residencia en la que vive, y la recién divorciada Dorothy Zbornak (Bea Arthur).

Cada una tenían una personalidad muy marcada pero se complementaban muy bien dejando infinidad de escenas para el recuerdo. En cada episodio había cosas clásicas como, por ejemplo, las historias de Saint Olaf de Rose, las menciones sexuales de Blanche, los golpes a la cabeza de Rose de Dorothy o los negocios de Sophia. Y, no puedo olvidarme de esas conversaciones con tarta de por medio en la mítica cocina.

Pero, a pesar de ser una comedia, Las Chicas de Oro tuvo también momentos dramáticos muy bien llevados, e incluso musicales porque todas cantaron, o bailaron, en un momento u otro. Lo cierto es que no puedo para de reír cada vez que veo esta escena entre Dorothy, Sophia y Rose:

Las Chicas de Oro hizo que sus cuatro protagonistas ganaran Emmys por su trabajo. Fueron las grandes contrincantes de la época y también lo fue la serie ganando dos de esos premios a Mejor Comedia, entre otros galardones.

Aunque sufrió un bajón de audiencia en su última entrega, aún así más de doce millones de espectadores la sintonizaban, Las Chicas de Oro llegó a su fin porque Bea Arthur decidió que ya era hora de abandonarla y los responsables de la misma decidieron que lo mejor era finalizarla. Dorothy siempre fue mi favorita, y sin Bea Arthur, la protagonista absoluta no se podía seguir.

Se demostró, tal vez en el fallido spin off El Palacio Dorado (The Golden Palace) que se hizo al año siguiente en el que Rose, Sophia y Blanche se iban a dirigir un hotel.

Tristemente de las cuatro protagonistas solamente queda una, y a sus 91 años aún tiene mucha energía así que larga vida a Betty White y un millón de gracias a Susan Harris por crear esta joya atemporal.