El origen de “Aquí vamos a morir todos” se halla, por una parte, en mi anhelo de siempre por emprender un proyecto audiovisual de mayor aliento, decisión que finalmente llegó gracias al entusiasmo que me inyectó un veloz curso de documental que llevé casi por casualidad en el Centro Cultural de España. Me convencí de que era posible hacer documental sin pasar por el penoso proceso de postular a concursos y tocar mil puertas para conseguir financiamiento. Simplemente podía contar una historia con mis propios recursos y los conocimientos sobre el cine que creo tener. Pero, principalmente, la existencia de este trabajo se debe al interés de Julio Yovera y su familia, los protagonistas de esta historia.
Julio Yovera es un hombre de 76 años. Ha sido entrevistado en varias ocasiones por la prensa nacional y extranjera, por el hecho de ser uno de los sobrevivientes de un trágico hecho: el genocidio contra los presos acusados de terrorismo en el penal de El Frontón, en 1986. Un episodio que hoy es recordado como uno de crímenes más notorios (aún impune), cometido durante el nefasto primer gobierno de Alan García. Yovera estuvo ahí. Casualmente se salvó de morir junto a otros treintaiún sobrevivientes. Sin embargo, ciento veintidós personas perecieron por acción de las Fuerzas Armadas del Perú que recibieron la orden de reducir a escombros el pabellón de los amotinados y luego ejecutar a un número de presos rendidos.
Pero mi intención no era hacer un reportaje sobre ese episodio, algo que de alguna manera ya se ha hecho en variedad de formatos. Me interesaba más registrar un testimonio de parte, no solo sobre los sucesos de El Frontón, sino sobre la vida y la visión que tiene Yovera como ex militante de Sendero Luminoso, algo que yo sepa no se había hecho. La escasa producción documental sobre el conflicto armado interno se ha concentrado más bien en las víctimas de los bandos enfrentados. Por eso, no sería extraño que algunos puedan señalar que el “pecado” de mi documental está en poner en el centro al “terrorista”, en mostrarlo como la persona común y corriente que es y no tejer un juicio que predisponga al espectador en su contra, lo que sería lo políticamente correcto hoy en el Perú. Por eso, me gustaría también hacer algún día hacer un documental sobre un militar y las cosas que vio o hizo durante esos años. Considero que mi país todavía está sufriendo el shock post traumatico por lo sufrido durante la guerra, a pesar de los veinte años que han pasado desde la caída de Sendero Luminoso, y que esto se debe buena medida a que existen sectores interesados en explotar políticamente el miedo y la paranoia.
Pretendo que mi documental sea un modesto aporte hacia la reflexión. Me indigna que hoy impere la negación o la manipulación histérica sobre lo que fue este conflicto. El loable esfuerzo de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR) por contar lo ocurrido de manera objetiva ha sido duramente atacado por ciertos sectores y sus conclusiones han sido minimizadas o ignoradas. Es tal el ánimo de negación imperante que incluso se critica a la CVR por utilizar un término concreto como “conflicto armado interno” para referirse a este enfrentamiento, con el argumento absurdo de que la palabra “conflicto” legitima a Sendero Luminoso simplemente al establecer que fue uno de los bandos enfrentados. Para muchos la interpretación correcta es entender a Sendero Luminoso como si se hubiera tratado de una pandilla de extraterrestres que aterrizaron en el Perú para cortar cabezas frente al cual las Fuerzas Armadas reaccionaron en patriotrica defensa. Esta concepción, además de simplista, intenta hacer olvidar que las políticas antisubversivas del Estado aplicadas durante esos años son responsables de una tajada inmensa de las victimas (como demostró la CVR para el horror de muchos), todo por la torpeza estratégica y el desprecio que sentían las Fuerzas Armadas por los campesinos.
Pienso que Sendero Luminoso está justamente derrotado por el golpe mortal que recibió con la captura de su líder, Abimael Guzmán. Como movimiento vertical basado en la adoración de un líder y con la terrible certeza de que eran poseedores de una verdad irrefutable que debían imponer a cualquier costo, era muy necesario lograr su derrota. Todo fanatismo es un peligro y peor aún si decide levantarse en armas. Pero ese es el panorama general, a nivel específico vemos que Sendero Luminoso logró convocar a muchos peruanos que, como quien abraza una religión, se convencieron que era hora de una revolución violenta. Julio Yovera fue uno de ellos. No tengo duda que es sincero cuando dice que todo fue por “amor al pueblo” y asi como él, otros ex militantes, simpatizantes y en muchos casos sus hijos y parientes, piensan igual y no van a dejar de existir por más satanización que apliquen algunos medios de comunicación que no tienen reparos en llamar “terroristas”, o asociarlos con estos, a opositores a la minería, maestros huelguistas, defensores de los Derechos Humanos, estudiantes izquierdistas, etc.
Desde hace algunos meses se ha hecho conocido por todos la existencia de MOVADEF, conformado por personas como las mencionadas más arriba, cuya principal motivación es lograr la amnistía general para los presos de todos los bandos, incluido Abimael Guzmán, consideran que este es el camino hacia la “reconciliación nacional”. Yo opino que es descabellado reclamar la libertad de Guzmán o el Grupo Colina y que MOVADEF debe pronunciar una tajante autocritica si quiere entrar en la legalidad, como está intentando. Lamento que sostenga discursos soberbios y rígidos, pero el hecho es que son un grupo de personas, muchos jóvenes entre ellos, que quieren existir políticamente. Así los llamen “trasnochados”, existen entre nosotros y la marginación no los va a desanimar.
“Aquí vamos a morir todos” es un documental que intenta mostrar a Julio Yovera en su presente y pasado, como una persona que optó por un camino y pagó las consecuencias. Víctima y a la vez cómplice de victimarios. ¿Acaso no todos los peruanos somos responsables de la sangre derramada en vano, desde un bando o el otro, o desde la indiferencia y la negación? "Aqui vamos a morir todos" (2012). Documental... "La Tetona de Fellini" husmea entre cintas curiosas, clásicos recónditos, films perseguidos. El cine nos cuenta historias, aquí contamos las historias del cine.