Remitido por Pucho Méndez
A veces surgen este tipo de encuentros y de buenas noticias para los lectores, porque les da la posibilidad de conocer algo más de aquellos escritores a los que admira o simplemente leen. Me refiero a esta interesante relación epistolar que nos regalan Auster y Coetzee. Yo me declaro ferviente lector de ambos, y gracias a este intercambio podemos conocer lo que opinan sobre todo tipo de temas actuales, como las críticas, el arte, el incesto, el deporte ( me sorprendió el interés de ambos por el deporte, y su valoración del mismo) etc. Como se puede ver temas de lo más variado y que constituyen la vida misma o parte de ella, además visto desde la madurez avanzada de la que disfrutan ambos escritores.El libro es un auténtico canto a la amistad, diferenciando la amistad entre hombres, y entre hombres y mujeres. Como dice Coetzee en su primera carta, rememorando a Ford Madox Ford :”Uno se acuesta con una mujer para estar en condiciones de hablar con ella. En otras palabras, hacer de una mujer tu amante, no es más que el primer paso; el segundo, hacer de ella tu amiga, es el que importa”. También niega la posibilidad de hacer de una mujer tu amiga, si no ha sido tu amante. Esto cuanto menos es discutible, pero lo que tiene verdadero valor, es que estando de acuerdo o no , el lector va enriqueciendo su óptica a medida que progresa en la lectura, sin apenas darse cuenta debido a la calidad, calidez y sencillez de lo escrito. El libro debe leerse con lentitud para disfrutar de su sabor.