En La Ribera las heladas invernales producen extrañas figuras. Ya hemos hablado de las filigranas de hielo y ahora lo haremos de unos peculiares dibujos que aparecen en los charcos helados de los terrenos arcillosos.
La forma del charco, el terreno sobre el que se asienta, su entorno, … y el grosor de la capa de hielo conforman su aspecto. Por eso no hay dos iguales. Un mismo charco presenta aspectos diferentes según la hora, incluso en días consecutivos.
Parecen arabescos surgidos de la creatividad de algún genio. Su imagen resulta única e irrepetible. ¿O no?
Lar-ami
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