Aranjuez mon amour...

Publicado el 25 enero 2017 por Jas


A la mecha del desencanto de españolidad, que vengo arrastrando de un tiempo a esta parte, le dió por divagar respecto de un hecho curioso sobre el que debemos reflexionar...: de entre las piezas de música clásica más identificadas con nuestra cultura y carácter, hablo cuando menos de las que lo son en mi consideración, una parte muy representativa fueron compuestas allende nuestras fronteras, en algún caso -incluso- por extranjeros....

Puestos a poner ejemplos y puestos a elegirlos bien: se me antoja necesario mencionar la pasión de Carmen, la cigarrera sevillana sobre la que empezaría escribiendo Merimée, que acabaría en Ópera magistral de la mano de Bizet. Ambos, Merimée y Bizet compartieron origen y nacionalidad, así como el exotismo en el punto de mira, propio del romanticismo, que envolvería a cuanto se encontrase más acá de la verticalidad de los Pirineos...Continuaré con el capricho de un ruso vacacionando por la España decimonónica que supo, como probablemente nunca nadie sabrá, captar el sonido de nuestra piel de toro: el Capricho Español de Rimsky Korsakov es, hoy por hoy y aunque no sirva de mucho la redundancia, uno de los temas más españoles que puedan escucharse...


No me extenderé sobre las piezas que Albeniz, Falla o Granados -por citar algunos de los más representativos autores- compusieron en París, aunque sí quiero detenerme en un lugar de esa misma ciudad, bajo esta ventana del número 159 de la Rue Saint Jacques, a la que corresponden las dos fotografías y en la que un pobre ciego (Joaquín Rodrigo) escribió su Concierto de Aranjuez, el primero para guitarra y orquesta (1939), aquél cuyo adagio llegó a ser nuestra obra más carismática y representativa.

La brizna de desencanto a la que hice alusión en el inicio podría arrastrarme hasta el Síndrome de Trueba, con la más absoluta facilidad, si me diese además por recordar que fueron extranjeros los que vinieron a componer aquí aquellos otros temas como:-. Hay que venir al Sur, de Rafaela Carrá-. El Chiringuito, de Georgie Dann... 

...Por citar algunos de la que sería una larga lista de ejemplos...