Aparentemente no estaban en mal estado, los ejemplares de Luanco nadaban y pescaban perfectamente, aunque uno de ellos se acercó mucho al muelle del Gayo, lo que me permitió hacerle estas fotos tan próximas.
Los de Bañugues me mosquearon más, dado que prácticamente se posaron en la orilla, algo muy inusual en estas aves.
Sin embargo tras unos minutos volvieron a la mar y se perdieron de vista, quizás habían parado a descansar.
Como pasó hace unos días con los frailecillos, la razón de este acercamiento no es otra que la continua sucesión de temporales del Atlántico Norte, muchos días con oleaje muy fuerte que no dejan a estas aves alimentarse debidamente.
Así, aunque muchos ejemplares como éstos no parecen estar en muy mal estado, otros sí lo están y han sido recogidos para su recuperación, también están apareciendo algunos ya muertos en las playas.