De las muchas conclusiones que se han sacado con el partido en Saint Denis entre Francia y España, con resultado de 0-1 favorable para los campeones del mundo, me quedo con la de los dos jugadores que han sido más cuestionados por parte de sus aficiones, Álvaro Arbeloa y Karim Benzemá, ambos tienen en común que juegan en el Real Madrid pero se diferencian en casi todo lo demás.
Arbeloa es un jugador que en la Roja parece un extraño, su calidad técnica es limitada, habitualmente falla controles, centra a ningún lado o duda sobre profundizar por la banda debido a sus carencias. Su funcionalidad es otra, de la que cuesta de apreciar, trabajo gris lo llaman, ayer fue un claro ejemplo de esto. En ataque es habitual que los equipos contrarios lo floten, como en baloncesto, esto es, lo dejan sólo para que se haga un lío él sólo y acabe dando un pase intrascendente o perdiéndolo en un centro defectuoso.
Pero en defensa se transforma, muy bueno tácticamente, es un jugador perfecto para marcar al extremo rival, se llame como se llame. Ha sido capaz de hacerlo con Cristiano Ronaldo y Ribery en la pasada Eurocopa y ayer lo volvió a lograr con el francés que apenas pudo profundizar por su banda favorita, resguardada por el jugador salmantino. Es un jugador tremendamente útil en estas situaciones. Quizá Vicente Del Bosque, en otros partidos, debería de buscar una alternativa más ofensiva (ya lo intentó con Juanfran), esto dotaría de más alternativas al equipo pero sin duda en partidos de máxima exigencia volverá a confiar en el ex del Liverpool. Es un jugador muy regular que casi siempre te da un 6, no es capaz de superar nunca el 8 pero rara vez baja sus prestaciones.