Árboles: sosiego

Por Javieragra

Sosiego.


 

Alcornoque. Uno de los “árboles singulares” catalogado como tal por la Comunidad de Madrid, en el monte del Pardo.

He pasado junto a la fuente con su corriente de agua limpia y perpetua. Entonces yo entendí que había hecho bien en llevar siempre la cantimplora porque ahora estaba comenzando la sed con el sol del atardecer. Entonces me apoyé en su empedrado antiguo y rellené el estómago de la cantimplora de agua y mi corazón se sosiego.

Había caminado tantas horas que casi no recordaba de dónde había partido hacía ya muchas jornadas; venía por los caminos buscando la flor de la calma, la piedra de la serenidad, el lugar de las flores de colores que llenan el alma de entusiasmado sosiego.

Junto a la fuente estaba el alcornoque que es como una sinfonía para ser escuchada por los robles y las encinas, árbol acaso de menor nombre que los grandes vegetales. El alcornoque se acopla junto a mi fuente en silencio y quietud, para entregar sombra a mi cansado caminar después de muchos días de búsqueda y misterio.

Entre sus hojas siempre apuntando al misterio de la vida encuentro esta tarde el sosiego después del camino incesante de los días de mi búsqueda. Bajo sus ramas me acodo y despejo la fatiga entre el reposo y el sueño, sosiego mi corazón, mis entrañas y mi alma. Dentro de un momento podré continuar la marcha incesante del tiempo hasta la cumbre de mis días que es el sol sin ocaso, la luz sin término.

Javier Agra