- La implantación mundial de la Tasa Tobin (en la actualidad reconvertida en la Tasa Robin Hood, de la que ya hablamos extensamente aquí hace tiempo) que reduciría la especulación financiera a la mitad y, en cualquier caso, generaría importantes ingresos a los estados.
- Como necesario acompañamiento a la primera propuesta, iniciar la lucha real y efectiva contra el fraude fiscal de las grandes corporaciones y fortunas.
- La nacionalización de algunos bancos y el apoyo a los proyectos de banca ética (como él mismo dice, un aberrante oxímoron).
- La renuncia al crecimiento, tal y como se entiende en Occidente, ya que el planeta no soporta más explotación de sus recursos.
- El reparto del trabajo mediante la aplicación de jornadas más reducidas pues, afirma, hoy es imposible generar los nuevos puestos de trabajo necesarios para atender a la demanda que logre reducir a niveles asumibles las cifras de paro.