Como dice la contraportada, nos encontramos con tres mundos y diez protagonistas -aunque esto último no lo he contado en ningún momento, así que me fiaré de la sinopsis-. El primero de ellos se sitúa en Oxford en los años sesenta. Allí seguimos los pasos de Henry Lytten, un profesor que dedica su tiempo libre a construir su propio mundo fantástico. Lleva escribiendo más de veinte años, asentando las bases de su historia, pero no hay indicios de que vaya a terminar pronto. Junto a él encontramos a Rosie, una quinceañera a cargo del cuidado del gato del profesor. Es en una de esas visitas cuando, buscando al minino en el sótano, termina atravesando un portal a nuestro segundo mundo, Anterworld. De él poco sabemos en un primer momento, ni siquiera en qué punto de la historia se sitúa, aunque carece completamente de tecnología. El tercero es un futuro distópico donde una científica ha descubierto la forma de viajar a universos paralelos, o eso parece. Y hasta aquí voy a contar porque se supone que la supuesta gracia del libro es ir intentando unir cabos y entender la relación que hay entre estos tres lugares y la repercusión que tiene la mezcla de estas tres lineas temporales. Vamos, que eso de cambiar el pasado nunca es bueno.
Como veis nos encontramos con fantasía, ciencia ficción, viajes en el tiempo, una distopía, además de romance, suspense e incluso una trama de espías. Dicho así parece de lo más interesante, además de original. El problema es que después de varios capítulos pierde toda la gracia. O por lo menos ese ha sido mi caso. En cuanto situamos a casa personaje en cada mundo y entendemos cuál es su situación y por qué han llegado a ese punto todo se vuelve monótono. Lo que nos espera son cientos de páginas de situaciones que no generan gran interés y que tienen lugar simplemente para que el puzzle vaya encajando. Lo mismo pasa con los personajes; resultan anodinos, planos, creados simplemente para contarnos una historia. Incluso los más relevantes carecen de la profundidad suficiente para entablar relaciones creíbles entre ellos. Entiendo que el autor maneja demasiada información y que no le es posible profundizar demasiado en todos y cada uno de los aspectos de la trama, personajes incluidos, el problema es que parece que tampoco lo intenta. Utiliza las pinceladas justas para crear cada escenario y así poder utilizarlo dentro de la trama. Un buen ejemplo es el futuro distópico con sobrepoblación. Ese es el contexto para así aclarar por qué necesitan recursos y por tanto los viajes a universos paralelos. Sin más. Lo importante es la explicación final de cómo los tres mundos se relacionan y por qué se desencadenan todos los acontecimientos que llevan a ese final. Un final muy predecible, todo hay que decirlo.
Puede que no esté siendo justa ya que puedo llegar a entender por qué a tanta gente sí le ha gustado, ya que la historia en general está bien pensada y construida -aunque me sobren muchas tramas y situaciones- y su lectura es bastante ágil. No obstante, para mí las cosas negativas superan con creces a las positivas, a decir verdad éstas ya casi las he olvidado días después de terminar la lectura.
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·Editorial: Espasa
·Publicación: Marzo 2017
·Precio: 22,90€
·ISBN: 9788467049602
·Páginas: 636