San Marino, Mónaco y El Vaticano (por no meter en el mismo saco a Andorra o Liechtenstein) son "estados" que reportan más beneficios a su entorno que a sí mismos. Un Gibraltar independiente, de fronteras abiertas, sería un formidable reclamo turístico y económico para el Campo de Gibraltar, Cádiz y toda Andalucía. Una fuente de riqueza para la zona. Y el final de muchos negocios sucios realizados al amparo de su opacidad fiscal y del contrabando.
Por una vez seamos sensatos y pensemos con el cerebro. Señoras y señores del Gobierno, ilustres miembras y miembros de la Oposición, dejen de hacer ostentación de sus atributos patrióticos, métanselos dentro de los calzoncillos o bajo el tanga, y déjense de decir gilipolleces: Gibraltar nunca será español contra la voluntad de sus habitantes. ¿No sería mucho más razonable que fueran gibraltareños, y aquí paz y después gloria para todos?
El texto que precede a estas líneas fue escrito el 22 de Julio y publicado en el Blog a las 10 horas y diez minutos de la noche de ese día. En la edición del jueves 23 de julio del diario El País, el escritor, filósofo y periodista Josep Ramoneda escribe un interesante artículo titulado "Trescientos años de inutilidad", en el que se refiere en términos muy similares a los empleados por mi al contencioso gibraltareño, argumentación que tengo la seguridad que es secundada por buena parte de los ciudadanos de este país que están ya hartos de las ínfulas patrioteras de una derecha casposa, meapilas y reaccionaria, y de la cobardía y temor de una izquierda que parece quisiera hacerse perdonar cualquier política progresista que propicia. Me congratulo de molestar a esa derecha y de coincidir, desde posiciones no muy distantes, con lo expresado por el señor Ramoneda. HArendt
Entrada núm. 5714
elblogdeharendt@gmail.comLa verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)