El Arco de Santa María es una de las antiguas doce puertas de acceso a la ciudad en la Edad Media, comunica el puente de Santa María, sobre el río Arlanzón, con la plaza del Rey San Fernando, donde se yergue la catedral de Burgos. En el interior del Arco, unas escaleras de origen medieval dan acceso a la sala principal, reformada en la actualidad, aunque conserva un fragmento de yeserías mudéjares, procedentes del castillo de Burgos; en esta sala destaca un gran mural del pintor burgalés José Vela Zanetti dedicado al Conde Fernán González y a la independencia de Castilla. La sala, que ocupa dos plantas, está cerrada por una cristalera decorada con el escudo de la ciudad.
En el interior se celebran exposiciones temporales, pero no era este mi objetivo.
Lo que más me impresionó no fue el hueso que conservan del Cid, sino la botica.