Arco Iris - Tiempo de Resurrección (1972)

Publicado el 05 septiembre 2019 por Moebius

Seguimos con Arco Iris, y le toca el tiempo justamente a "Tiempo de Resurrección", donde ya comenzaba a visorarse algo de lo que llevaría a la banda a realizar sus obras cumbres, desplegando su folk rock a toda máquina. Y viene bien el recuerdo de este disco ya presentado hace mucho tiempo, y uno más de todos los discos que tenemos dando vuelta. Lástima que haya tanto material para traer y también cosas dificiles de conseguir, ¡tenemos tanto trabajo por delante!... pero bueno, lo vamos disfrutando mientras avanzamos. Y ya saben, el que quiera darnos una manito, nosotros encantados.
Artista: Arco Iris
Álbum: Tiempo de Resurrección
Año: 1972
Género: Prog Fusión / Folk Rock
Nacionalidad: Argentina
"Tiempo de Resurrección" es el cuarto álbum de los Arco Iris. El álbum contiene entre otros temas, el odioso hit (desde mi punto de vista) "Mañana campestre", aunque tiene buenos temas también, que preanuncian la grandeza de los que vendrían, hablo las obras cumbres "Sudamerica". "Los Elementales" y "Agitor Lucens V".
Muy bien el siguiente comentario, donde relaciona a Arco Iris con grupos como Wara, Los Jaivas, El Polen, Genesis y creo que faltan varios, de Argentina nomás podemos agregar a Contraluz, y no me atrevo a darme una vueltita completa por todo el blog, porque seguramente saldrán varios más.

En la mayoria de los paises andinos de nuestro continente se dio un fenomeno similar, que luego seria casi una comunion y fue la aparicion de bandas que fusionaron el rock y los sonidos latinoamericanos, Los Jaivas y Congreso en Chile, El Polen en Peru, Wara en Bolivia, Genesis de Colombia por mencionar algunos, pues en Argentina Arco Iris, la banda de Gustavo Santaolalla adoptaria este estilo y se transformaria ademas en una especie de puente entre todos. Se sabe que existio amistad directa y que alguna vez Santaolalla quizo juntarlos a todos. Finalmente no se dio, pero la musica de estas bandas quedo. Arco Iris se funda a partir de 1969 cuando la banda beat The Crows cambia de nombre y de estilo. Al principio beat en castellano y dos singles exitosos, hasta que en 1972 editan lo mas prodigioso quiza de su discografia con "Tiempo de Resurreccion", la obra conceptual "Sudamerica o el regreso a la Aurora" y "Suite Nº 2". En esta primera epoca la banda la incluian ademas Ara Tokatlian un musico de origen egipcio y su mujer Dana "musa" de este grupo. Hay mucho que decir de Arco Iris y en futuras publicaciones habra mas comentarios, solo agregar que este es el primer disco que fusiona con mas claridad los sonidos progresivos y aleja la banda del beat.
En busca del tiempo perdido
Así seguimos en el rincón del recuerdo, a puro Arco Iris en el blog cabezón!

Hay bastante escrito sobre el disco, vamos a hechar una ojeada....
Como bien saben, queridos lectores, por acá una de las aficiones que más disfrutamos es la de rastrear aquellos bellos años ‘70 en nuestro país, cuando de la diáspora de las grandes bandas apareció una diversidad de propuestas, estilos, géneros y bandas dispuestos a tomar el trono dejado atrás por los Almendras, Manales y Gatos. La escena rockera argentina de aquellos días era realmente un caldero ebullente de ideas, propuestas y jóvenes con mucha intención y aún más pujanza, que querían hacerse un lugar a fuerza de talento y no sólo por ser famosos o pegarla -como pasa, lamentablemente, en nuestros días- sino para llegar a mucha gente, compartir sus propuestas y armar una escena fuerte y duradera. No hace falta decir que lograron su objetivo, porque aún con sus avatares el rock argentino perduró hasta nuestros días y siempre con ese ansia y esa receptividad a las propuestas más experimentales. Pero volviendo a los dorados años ‘70, por aquellos días fue donde primeramente apareció, de manera fulgurante, la banda cuyos peludos rostros (?) ilustran este post. Originalmente un grupo de beat en inglés llamado The Crows y liderado por un muchacho del cual bastante se ha hablado en este espacio, Gustavo Santaolalla, este grupo fue conformándose definitivamente en derredor de una idea fundamental y extramusical. Resulta ser que Santaolalla y sus compañeros Ara Tokatlián (vientos), Guillermo Bordarampé (bajo) y Horacio Gianello (batería) conocieron en 1969 a la hermosa modelo ucraniana Dannais Winnycka, Dana y, como buenos adolescentes que eran, se enamoraron de sus tetas propuestas filosóficas y humanistas que incluían conceptos que en el exterior estaban en boga pero que aquí aún quedaban por descubrirse totalmente: la vida en comunidad (situación que por aquellos días replicaría La Cofradía De La Flor Solar platense) con tintes espirituales, místicos y militancia vegetariana y antidroga, sexo y alcohol, preceptos re cobani (?) que los muchachos abrazaron y aplicaron en una casona de Palermo. A partir de esta pacífica y claramente jipi (?) idea de convivencia nacieron las primeras y hoy célebres canciones de Arco Iris -la banda en cuestión- enmarcadas, como no podía ser de otro modo, en el folk más pacífico y pastoral. Su primer simple, “Lo Veo En Tus Ojos”/”Canción Para Una Mujer”, editado por RCA en mayo del ‘69, previno al mundillo del rock argentino de lo que vendría poco después: en enero del año siguiente una de sus más recordadas y significativas canciones, el “Blues De Dana” que le dedicaron a su mentora espiritual, ganó el Festival Beat de la Canción Internacional que se hacía en Mar Del Plata y trajo notoriedad a la vereda de estos jóvenes, haciendo conocida no sólo su música sino también su particular forma de vida que trajo tanto aceptación -sobre todo del segmento social más desconfiado, que al ver que eran totalmente abstemios los aceptó con más facilidad- como el rechazo de los sectores más machistas de la escena nacional, que los llamaban las amas de casa del rock (!) por ser guiados por una mujer. En fin, seguidito nomás a su suceso en el Festival, RCA reconoce el filón y lanza al mercado lo que sería el primer álbum de Arco Iris, una oportunista recopilación de sus simples llamada también Blues De Dana. Este hecho fue repudiado por la banda, que se sintió abusada pues el compilado fue editado de manera inconsulta y unilateral. Así que poco después de la edición del primer disco de material original de la banda, Arco Iris, en la segunda mitad del ‘70, el grupo abandona su discográfica a manera de protesta.
Para entonces, el grupo ya estaba enfrascado en lo que sería la marca registrada de su obra de allí en más, un aporte capital al ámbito del rock argentino. A partir de la indudable habilidad técnica de sus miembros y de la capacidad compositiva del joven pero ya genial Santaolalla, Arco Iris emprendería un camino que los tendría como pioneros, fusionando de manera homogénea y brillante el folk que los vio nacer con tendencias musicales de mayor vuelo como el jazz y un ingrediente fundamental: el folclore, especialmente sus tendencias andinas y norteñas, se incorporaría a la pretensión estilística de la banda a partir de la etapa post-RCA y no los abandonaría jamás. Ya algo se había vislumbrado en un lado B de 1970, “Zamba”, y un poco más en los vientos del “Blues De Dana”, pero sería en lo que probablemente es su opus magna, la ambiciosa obra conceptual Sudamérica O El Regreso A La Aurora (1972) que esta influencia mostraría todo su esplendor. El álbum que aquí les ofrecemos es el paso previo a esta evolución y, como tal, vale plenamente para observar la evolución que existe en la musicalidad y los conceptos de este genial cuarteto. Tiempo De Resurrección, primer disco para su nueva disquera Music Hall, inicia indudablemente la tendencia de fusión folklórica que tanto Sudamérica como su tercer ambicioso álbum del mismo año (1972) Suite Nº1 ampliarían y definirían fundamentalmente. Pero además posee otro valor, y es el de ser la primera vez que los Arco Iris reúnen en un LP versiones de sus mayores éxitos hasta entonces: a la potente rendición del “Blues De Dana” que promedia Tiempo De Resurrección se le une su otro hit -editado en los albores del ‘72 en su primer simple para Music Hall- “Mañana Campestre” (que así se dice, y no en plural) y otra canción que se convertiría en un clásico del luego profuso repertorio del grupo, la acústica y reflexiva “Vasudeva”. Con todo, esas canciones, increíblemente, no son lo mejor que este álbum realmente irreprochable tiene para ofrecernos. Porque, a tono con lo que siempre reiteramos en este espacio respecto del fundamental año ‘72 en nuestro país, aquí está todo lo mejor que Arco Iris podía ofrecernos a nivel estilístico y compositivo. Si “Vasudeva”, “Mañana Campestre” o “Por Las Mañanas” representan la faceta más folk, sensible, de putito y preciosista de la pluma de Santaolalla, Tiempo De Resurrección no le escatima tampoco al rock: escuchen si no la bellísima apertura del disco, “Negro Y Blanco” -que con sus tintes progresivos muestra la habilidad instrumental de los muchachos- o la blusera y expansiva “Hombre De Madera” más allá, por supuesto, de la (como dijimos) vibrante versión de aquella canción que habían dedicado a su mentora. Así verán que Arco Iris ya enfilaba para una propuesta netamente de fusión, en la que cualquier estilo podía caer bajo su paragüas, y de hecho lo hacía. Son estos los años dorados de este grupo y su comunidad, que posteriormente sucumbiría bajo el peso de sus propias reglas: después de la exploración que supuso la obra sinfónica Agitor Lucens V, en 1976 Santaolalla decide abandonar la comunidad Arco Iris, agobiado por el modo de vida sectario al que era sometido y, con ganas, naturalmente, de probar algo del estilo de vida del rock que tan bien se había ganado con sus composiciones. Ya recordamos por aquí algo de su posterior vida artística que incluyó una banda nada disimuladamente basada en Arco Iris como Soluna, ahora llega entonces el turno de saber de dónde salió toda esa genialidad.
Disculpen el olor a patchouli (?).
De mi discoteca

El aburrimiento desaparece con este disco. Totalmente exitoso en su época gracias al hit “Mañana campestre”, irresistible canción para cantar en fogones. Hay que decir que el tema es buenísimo y que con su letra y su música hace aparecer la imagen de ambiente campesino, algo frecuente en el rock de esa época. Esto también se repite en “Vasudeva” (donde suena un bombo folklórico), sobre un hombre que “vive a la orilla del río, en algún lugar” inspirado en el libro Siddhartha de Hermann Hesse.
El resto del LP es bueno. Empezando por “Ignea, aérea y marina”, medio jazzera, con un estribillo muy bueno y “Busca la estrella elegida”. En un nivel un poco más bajo están “Hombre de madera” y “Nuestro amanecer”.
Una cosa: se incluye una nueva versión de “Blues de Dana” en la que Santaolalla canta mucho más controlado y no hay copia a Manal. Mucho mejor que la anterior. Otra cosa: el tema inicial “Negro y blanco”, empieza muy bien, muy rockero, con un riff entrador y estrofa poderosa. Lamentablemente el estribillo es horrible
.
Andrés Salles
Un disco de estos íconos, anterior a su "época de oro" aunque no por ello deja de ser, al menos, un álbum interesante.

Lista de Temas:
1. Negro y blanco
2. Vasudeva
3. Hombre de madera
4. Nuestro amanecer
5. Blues de Dana
6. Tiempo de resurrección
7. Mañana campestre
8. Garza celeste
9. Ignea, aérea y marina
10. Busca la estrella elegida

Alineación:
- Ara Tokatlián / vientos
- Guillermo Bordarampé / bajo
- Gustavo Santaolalla / guitarra y voz
- Horacio Gianello / batería y percusión