Ardaurgozatza o limonada vasca para el verano

Por Biscayenne
A mí en cuanto me planto las alpargatas me dejan de apetecer las alubias. Otras personas hacen cambio de armario, o limpieza general o yo qué sé, pero yo me doy cuenta de la llegada del verano el día en que de repente me entra antojo de gazpacho. Las alubias también me las como, pero de pensar en ellas me entran sudores.
Así que como estamos en julio y además estoy a semidieta después de comer tanta tortilla (tengo hambre, tengo hambre, quiero panceta pero no me atan los pantalones), voy a dejar las recetas con sustancia calorífera para más adelante. Ahora nos ceñiremos durante un tiempo a las bebidas fresquíbiris que son lo que mejor entra cuando estás tirado en el sofá ahogado por tu sudor veraniego.
La primera será una receta muy viejuna y bastante olvidada, tanto que casi no tiene resultados en Google y de los que salen, la mitad son meta-referencias mías porque la mencioné una vez en un artículo de El Comidista. Os hablo de la ardaurgozatza, término que no tiene fácil traducción al castellano así que dejémoslo en que es una especie de limonada a la vasca. 

Tan vasca, tan de Euskadistán que Dionisio Pérez alias Post-Thebussem, periodista, escritor e insigne tragón decía en su “Guía del buen comer español” de 1929: 
"Los vascongados legítimos no toman después de la merienda café ni champagne, ni ron, ni ningún otro producto del moderno y maldito liberalismo. Se continúa apurando la Ardaurgozatza, hasta que no quede ni una ondarra en el cubo ni una persona en la mesa".
Es un poco exagerado, porque en 1929 por supuesto que los vasquitos y neskitas bebían café, champán y lo que se les pusiera por delante después del chuletón, pero asumamos que habla de alguna aldea perdida e irreductible. La ardaurgozatza o limonada fue durante muchos años la bebida oficial de largas cuchipandas estivales, como cuenta Emiliano de Arriaga en "La Pastelería" (1908). En ese libro se describe una merienda celebrada en 1852 con menú de mojojones, bacalao en salsa roja, alpargata con tomate ¡? , chuletas asadas a la parrilla y limonada, durante la cual organizaron un concurso de elaboración del citado refresco en el que pimplarían cosa fina.
Dejémoslo en que la ardaurgozatza es una prima hermana de otros grandes inventos de la humanidad como la sangría, el zurracapote o la limonada leonesa de Semana Santa. Todas las recetas que he encontrado cuentan únicamente con agua, limones, vino y azúcar, pero en Orozko por ejemplo es muy tradicional una variante llamada limonada de txakoli, que es una especie de granizado hecho en heladera o garrafa manual a base de limones, agua, txakoli y brandy.
Recuperemos este clásico refrigerio, que entra como quien no quiere la cosa y embolinga cosa fina. Es ligero, fresquito, extremadamente fácil y con sabor a limón, qué más queréis.
Ardaurgozatza o limonada vascaDificultad, así de primeras:apta para personas previamente embolingadas Probables complicaciones:sólo hay que tener paciencia, pequeños pádawans Sabor: a merienda cena en día de calor  Receta de inspiración: una mezcla de la fórmula de Dionisio Pérez en la "Guía del buen comer español" y la que aparece en "La España dulce" (Flor Díaz Viñas, 1989).                  INGREDIENTES para más de 1 litro de pimple


800 ml de agua4 limones200 ml de txakoli o vino blanco200 ml de vino tinto50 g de azúcar


Las recetas que he consultado son bastante vagas en cuanto a cantidades de azúcar, así que si os gusta más dulce, añadid más sin ningún problema. Reducid o aumentad las cantidades de todo para hacer más o menos bebida y chimpún.
La cuestión es poner la mitad de la cantidad de agua en vino, en teoría dividido entre blanco y tinto, pero podéis poner sólo blanco, o sólo tinto, o lo que más rabia os dé. Admite también un chorrito de brandy u otro licor, e incluso un buen aporte de sifón.
PREPARACIÓN: No tiene ninguna dificultad más allá de encontrar un recipiente con tapa y boca ancha en el que quepa todo el líquido y se puede meter en la nevera. Si tenéis una garrafa genial, pero como yo no tenía estrujando el magín opté por un tarro grande de cristal.Lo primero es lavar y pelar los limones, quitando la corteza con el mínimo de blanco posible para que no amargue. Se introducen en el recipiente con el agua y se deja reposar 24 horas tranquilamente, dándole un meneo de vez en cuando aunque sólo sea para ver cómo el agua se va volviendo amarilla.Al día siguiente se agrega el vino y el azúcar, revolviendo bien para que se éste se disuelva, y se refrigera el resultado. Para beber la ardaurgozatza es más práctico colarla pero si no la vais a terminar de una sentada es aconsejable dejar las peladuras de limón dentro del bote para que sigan aromatizando el pimple.En cuanto echéis la parta de vino tinto cogerá todo un fuerte color rojizo, así que si os hace ilusión que siga pareciendo inocente limonada, optad por usar solamente vino blanco.
Alehop, ya está terminada. Si no vais a usar los limones pelados en otra cosa, partidlos en trozos y metedlos también dentro del mejunje, o cortad unas rodajas bonitas para adornar los vasos. Bebedla bien fría e incluso con hielo picado.
Recordad que la corteza es lo que hace que el limón no se reseque, así que si vais a guardarlos para otros menesteres, envolvedlos en papel film para que no se momifiquen.

Os dejo aquí unas cuantas variantes de la receta que aparecen en el libro de Ana María Calera "La cocina vasca", por si queréis experimentar. Más abajo, lo que dice el señor "Post-Thebussem" sobre el particular.

soy muy fan de lo de "vino rancio"


Por cierto, para los que estén asombrados por la magia de los vasos de las fotos: son vasos de txikito, típicos de Bilbao y felizmente recuperados para el mundo hace pocos años. Pesan la friolera de más de 600 gramos cada uno y próximamente merecerán un post para ellos solos, porque son una preciosidad. 
Salud, buen provecho y feliz pimple.

*Fotos realizadas con una cámara Nikon d5300