Arenas movedizas

Publicado el 26 marzo 2012 por Gag


Ayer se produjo en Andalucía el cambio que much@s veían venir, la Comunidad entera cambió de hora con la misma disciplina que el quiosquero de Picadilly Square; perdonen la carga irónica de la frase, pero alguien se olvidó durante estas últimas semanas de que, al igual que la gran colonia inglesa acogida en este sur del norte o norte del sur, como prefieran, quizás conducir por la izquierda comprenda una opción tan plausible y aceptable como otras tantas, desde el respeto democrático siempre.
Y si es de tiempos y direcciones de lo que toca hablar, no es más que evidente que el PSOE, aunque tarde y con sudores en la frente, consiguió eludir el atasco y emparejarse con un PP que se creía dueño y señor ya de la A-92, que tantas veces criticó un día, todo hay que decirlo. Tan rápida, fervorosa y orgásmica era la carrera por el poder que, al final, una señora de uniforme verde los tuvo que parar en el arcén, y allí los tiene esperando.
Bromas sin gracia a parte no es mi cometido (ni ganas que tengo, recuerden que soy más andaluz que el palo de la bandera) el analizar los datos, el PSOE pierde, el PP no gana tanto como esperaba e IU vuelve a una posición que hace mucho que no ocupaba, si es que llegó a tenerla alguna vez en la política andaluza y nacional, la de árbitro. Quisiera centrarme en las reacciones, las que observo son sencillas, un@s critican o alaban el anacrónico feudalismo del PSOE andaluz, otr@s obvian o atacan el palpable caciquismo del PP andaluz y tod@s olvidan que quien tiene la sartén por el mango es IU, de Andalucía, y que viva mi tierra y su idiosincrasia, miarma.
Y me reservo el último párrafo para mi gran amigo Javi. Dice Escolar, no lo digo yo, que ayer una pancarta dejó de abrirse en la “celebración” del PP en la calle San Fernando, lo pongo entre comillas porque aquello era más triste que Curro sin Technicolor. “Gracias Andalucía” dictaba el cartel comercial pues no pasaba de la publicidad, no se enseñó porque no tocaba, se ganó pero no sirve para nada y Andalucía ya daba igual. Cuando lo que importa es el líder y no los ideales, la cara pero no las bases, estas se acaban diluyendo, como una escultura de un hombre endiosado encima de arenas movedizas.