Sabes reconocer una fuerza celestial. Sabes reconocer algo que Dios ha creado. Y Aretha Franklin es un regalo de Dios. Cuando se trata de expresarse a través de una canción, no hay nadie que pueda llegar a su altura. Ella es la razón por la que las mujeres quieren cantar.
Aretha lo tiene todo: el poder, la técnica. Es honesta en todo lo que dice. Todo lo que está pensando o le está pasando está en su música, desde Chain of Fools a Respect y sus actuaciones en directo. Tiene una confianza total; no titubea jamás y creo que su base góspel le proporciona esa confianza, porque en el góspel no se andan con simplezas; cada uno sabe cuándo es su turno y el momento justo en que debe lucirse. Para ella, esto no es un juego.
Lady Soul, como ha sido bautizada Aretha Franklin, con su voz y su personalidad, efectivamente, ha conseguido expresar la tensión que liga la música a los sentimientos más profundos del alma negra. A través del góspel, el blues, el rhythm and blues, el rock visceral y el pop, el carisma de Aretha Franklin siempre ha encontrado la forma de brillar y de afrontar de la mejor manera incluso los inevitables altibajos de una carrera iniciada de muy joven. Aretha Franklin nació el 25 de marzo de 1942 en Memphis, pero su ciudad de adopción es Detroit. La música corre por sus venas casi por herencia genética: su padre, el famoso reverendo C. L. Franklin, cantante de éxito del género góspel, era pastor en la iglesia donde actuaban desde pequeños sus hijos. Junto a Aretha Franklin cantaban también sus hermanos Cecil, Erna y Carolyn Franklin.
La familia Franklin era muy popular y su iglesia frecuentada por personalidades de gran éxito en el género soul, como Mahalia Jackson y Clara Ward permitieron a la pequeña Aretha cantar con los más famosos adeptos a su estilo de música y de desvelar los secretos de la interpretación vocal. Su primer disco lo grabó como solista en el coro de la Detroit’s New Bethal Baptist Church en 1956. Aretha amplió su repertorio y realizó algunas pruebas para compañías más importantes. John Hammond, el cazatalentos que trabajaba para Columbia (y que lanzó a personajes como Bob Dylan y Bruce Springsteen) la descubrió de inmediato.
Así, en 1960, Aretha Franklin empezó a grabar para Columbia, pero las cosas no siempre funcionaban, a no tener Columbia una gran experiencia en el género góspel. En siete años de contrato la voz de Aretha Franklin tuvo oportunidad de interpretar en todos los géneros: cantó canciones ya famosas gracias a Sinatra, grabó una magnífica versión del clásico de Billie Holiday ‘God bless the child‘, y temas épicos del patrimonio góspel.
Pero todo este esfuerzo se malversó, en parte, por la incapacidad de Columbia de proporcionarle una compilación de canciones coherente. Interrumpida la relación con esta compañía discográfica, Aretha Franklin, siguiendo la indicación de su marido y manager, Ted White, se pasó a la productora Atlantic. Fue una decisión importante y afortunada. En efecto, en aquellos años la compañía, guiada por Jerry Wexler, vivía un momento de gran vitalidad en el mundo de la música de color: la factoría Stax creaba éxitos con temas firmados por personajes como Wilson Pickett y Percy Sledge, que tenían bastantes puntos en común con Aretha, sobre todo en el estilo background religioso en el que tan bien se movía. Aretha Franklin acudió a grabar a los famosos estudios de Muscle Shoals, en Alabama, y en 1967 esas grabaciones significaron el nacimiento de un gran éxito comercial y artístico: ‘I never loved a man (The way I love you)’
El tema es un enlace nervioso y mágico de la guitarra solista de Chips Moman y los instrumentos de viento dirigidos por King Curtis. Sobre ellos la voz de Aretha se despliega con una fuerza y elegancia jamás lograda hasta entonces. La canción entró inmediatamente en las listas de éxitos de Billboard y en abril escaló el Top 10. En pocos meses Aretha se convirtió en la cantante de color más aplaudida en Estados Unidos. Una popularidad confirmada en seguida por una arrebatadora versión de ‘Respect’, famoso tema de Otis Redding.
El mágico 1967 de Aretha Franklin continuó con nuevos éxitos, como ‘Baby I love you‘ y ‘You make me feel like A natural woman‘ y álbumes como ‘Aretha arrives’ y ‘I never loved a man’. Algunos meses más tarde su versión de ‘Respect’ obtuvo un par de premios Grammy, los Oscar de la música. En años de tensión racial, de renovación de géneros y del nacimiento del rock duro, la voz de la Franklin se alzó, potente y dulce, sobre la escena artística americana.
En 1968 siguió dominando las listas con éxitos como ‘Chain of fools’, ‘Since you’ve been gone‘, ‘Think‘ y ‘The house that Jack built‘. Con los álbumes de ese año ‘Lady soul’ y ‘Aretha now’ la cantante confirmó su adaptabilidad. Una portada de la prestigiosa revista Time le permitió también renegociar el contrato con Atlantic sobre unas bases más ventajosas. También durante el mismo año 1968 se publicó un álbum titulado ‘Aretha in Paris’ como testimonio de una mágica noche en la que su voz borda un gran repertorio a base de canciones compuestas por su hermana Carolyn, por su marido, y por los más prestigiosos compositores de la época, como Ronnie Shannon, Carole King, Gerry Goffin y Don Covay. En honor de su maestro e inspirador Sam Cooke, Aretha Franklin siempre interpretaba los temas ‘You send me‘, ‘Good times‘ y ‘A change is gonna come‘.
A finales de los años sesenta también la formidable Aretha Franklin sufrió un bajón de popularidad, debido, en parte, a los nuevos gustos y a problemas personales. Algunas de sus elecciones artísticas no resultaron acertadas: grabó versiones estándar de ‘My way‘ y ‘Fool on the hill‘, su matrimonio con Ted White terminó en divorcio, tuvo problemas con la justicia; pero a pesar de todo logró realizar dos álbumes de gran éxito.
El primero fue ‘Live at Fillmore West’, grabado en el famoso local de San Francisco con la colaboración de algunos colegas del calibre de King Curtis, Biily Preston, Cornell Dupree y The Memphis Horns, que incluye un dúo con Ray Charles en ‘Spirit in the dark’. El segundo álbum que la relanzó en los años setenta fue ‘Amazing grace’, grabado también en directo en 1972 en Los Angeles, con la participación del reverendo James Cleveland, un ídolo de juventud de Aretha Frankiin. En este período, la cantante incluyó en su repertorio ‘Bridge over troubled water’, de Simon & Garfunkel, demostrando con ello una gran atención a lo que estaba pasando en el campo del pop-rock. Más tarde, Aretha Franklin se asoció al productor Quincy Jones para realizar el álbum ‘Hey now hey (the other side of the sky)’ (1973) y grabó en 1976, la banda sonora de la película ‘Sparkie’, escrita y producida por Curtis Mayfield.
No marcharon tan bien los demás álbumes de la década de los setenta producidos por la propia Aretha como son: ‘Let me in your live’ (1974), ‘With everything I feel in me’ (1974), ‘You’ (1975), ‘Sweet passion’ (1977), ‘Almighty fire’ (1978) y ‘La diva’ (1979). Al final, la compañía Atlantic y Aretha Frankiin decidieron interrumpir de común acuerdo su larga colaboración. El año 1980 se inició a lo grande: Aretha Franklin participó en la demencial película de los Blues Brothers ‘Granujas a todo ritmo’, con John Belushi, en la que interpretó una tempestuosa versión de ‘Think’.
A continuación firmó un contrato con Arista y grabó ‘Jump to it’ (1982), producido por Luther Vandross. Esta colaboración prosiguió en ‘Get it right’ (1983). En 1985 su carrera tomó un nuevo giro. Renunciando a las atmósferas elegantes, Aretha Franklin fichó como productor a Narada Michael Walden y realizó ‘Who’s zoomin who‘, en el que también comparecen ilustres invitados como el saxofonista Clarence Clemmons, de la E. Street Band de Bruce Springsteen, Peter Wolf y Carlos Santana; el tema ‘Sisters are doin’ it for themselves’ es un desenfrenado dúo con los Eurythmics.
En 1986, el nuevo filón productivo, muy volcado hacia el rock, prosiguió con el álbum ‘Aretha’, en el que brillan un dúo con George Michael titulado ‘I knew you were waiting (for me)‘ y una tormentosa versión de ‘Jumpin’ Jack Flash’, de The Rolling Stones, producida por Keith Richards. Pero con la diversidad de intentos que le es habitual, en 1987 la cantante decide sumergirse nuevamente en las limpias aguas del soul y publica el doble álbum ‘One lord, one faith, one baptism’ grabado en tres días (julio de 1987) en la New Bethal Baptist Church de Detroit, en cuyo coro se había iniciado treinta años atrás. El disco es un viaje fascinante por la música más cercana a la sensibilidad de la artista, acompañada por sus dos hermanas, sus padres y algunos invitados como Mavis Staples en ‘Oh happy day’ y ‘We need power’. Aretha Franklin confirma una vez más su inmenso talento vocal y su carácter de mujer-espectáculo total.
Desde la edición de su anterior álbum, Aretha tardó mucho en ir de nuevo al estudio a grabar, pero en ese tiempo tuvo una intensa actividad sobre los escenarios estadounidenses. En 1993 y en 1997 cantó en las ceremonias de apertura del gobierno de Bill Clinton; y en 1995 recibiría un Grammy por toda su carrera. También en esa época grabó un dueto con Frank Sinatra, “What Now My Love”. En 1998 demostró que era una de las estrellas de la música de nuestro siglo en el espectáculo de VH1, Divas Live, donde actuó con algunas de las artistas que habían roto las listas de ventas en la última década como Mariah Carey, Céline Dion o Shania Twain. Con tan sólo dos actuaciones se convirtió en la estrella de la gala, rindiendo al público a sus pies.
A finales de los ’90, Aretha se había trasladado de forma definitiva a Detroit, y hablaba de comenzar a formar una discográfica propia. Uno de los principales motivos de esto era el promover las carreras musicales de sus hijos; Kecalf Cunningham, Eddy Richards y Teddy Richards.
En 1998 lanzó el álbum A rose is still a rose, producido por P. Diddy y Lauryn Hill; siendo el primer álbum de Aretha dentro del R&B contemporáneo y el neo soul, con tendencias hip-hop. Poco más tarde, en 2003 volvió con “So damn happy“, colaborando con Mary J. Blige y con un sonido totalmente neo soul que en cierta forma volvía a sus raíces.
En 2007 estaba previsto el lanzamiento de A woman falling out of love, el primer álbum editado con la firma de su propio sello Aretha Records, y en el que colaborarían artistas góspel como Shirley Caesar o The Clark Sisters, Fantasia Barrino y la estrella del country-pop Faith Hill; álbum que finalmente sería publicado en 2011.
En 2008 ha sido elegida como personaje Musical del año en el 50 Aniversario de los Premios Grammy, en los cuales ha conseguido su vigésimo galardón gracias al dueto con Mary J. Blige, “You never gonna change my faith”.
También puso su voz única a un acontecimiento histórico, la toma de posesión de Obama en 2009, en la que cantó My Country ‘Tis of Thee, en el que es considerado por la propia Aretha Franklin como; “El momento más emocionante de su vida”. “Era historia, el primer presidente negro”.
A sus 72 años, recién recuperada de una enfermedad que la mantuvo alejada el año pasado de la música, sigue viviendo por y para “la música bien escrita y bien estructurada”. “El amor a la música”, dice Franklin una y otra vez es el secreto de una carrera de más de 50 años. “He amado la buena música, amo la buena música y la amaré”.