Actualmente, “hay mucho trabajo en negro en el sector doméstico y las cifras crecen”, advirtió a AIM la secretaria general del Sindicato Empleadas en Casas de Familias de Entre Ríos, Manuela Muńoz, quien agregó que muchas chicas no se animan a acercarse por miedo a perder asignaciones o a la reacción del empleador. Por eso, “es necesario informar y capacitar”, aseguró.
Muńoz expresó que el sindicato se encuentra realizando tareas de información y capacitación para el sector, ya que “hay mucho trabajo en negro en el sector doméstico y las cifras crecen”.
“Hay compańeras que no se animan a acercarse por miedo a perder asignaciones o a la reacción del empleador”. Por eso, “es necesario informar y capacitar”, aseguró a AIM la dirigente y ańadió: “seguimos capacitando para que ellas misma se puedan defender”.
Además, “es necesario aclarar que algunos beneficios, como la asignación universal, no se tocan, por más que estés en blanco”, dijo y aseguró: “nunca vamos a sacar información sobre las afiliadas que puedan perjudicarla delante de sus patrones”.
En tanto, afirmó que “hay mucho trabajo por hacer y es un tema complejo”. De todos modos, “cabe aclarar que muchos trabajadores se acercan y se sienten cómodos como para venir y buscar información; saben que los trataremos con respeto”.
Nueve de cada diez empleadas domésticas trabajan en negro en los hogares argentinos. Algunos no las registran porque consideran que esta relación laboral se funda en la confianza y en un acuerdo de palabra. Los demás, prefieren mirar para otro lado.
Si bien no hay datos oficiales, se estima en un millón la cantidad de personas en el país que trabajan en el servicio doméstico. Entre el 90 y el 95 por ciento están en negro. Esta cifra, muy superior a la de cualquier otra actividad laboral, refleja la situación precaria que siempre padeció este sector.
El 90 por ciento de las personas que realizan tareas domésticas son mujeres, de las cuales un 30 son extranjeras: empleadas paraguayas y peruanas encabezan la lista de extranjeras, seguidas por bolivianas y, en los últimos ańos, ucranianas, afirman desde Unión del Personal Auxiliar de Casas Particulares.
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