Argentina, al elegir presidente a Javier Milei, un anarcoliberal enemigo del Estada abusivo, ha decidido librarse del socialismo, la peor enfermedad de la política mundial, y de toda su secuela de miserias, bajezas y maldades: corrupción, abuso de poder, rapiña, injusticia, desigualdad, amiguismo, nepotismo, odio, miedo, mentira y la utilización del Estado como un martillo para golpear al adversario y como un botín para repartirlo entre políticos sin ética y sin alma. La victoria de Milei, envidiada por cientos de millones de personas de todo el mundo condenadas a soportar a depredadores y corruptos socialistas en el poder, es el primer paso sólido y solvente para acabar con la decadencia argentina y la base para construir un país próspero, libre del nefasto socialismo peronista, que ha sido el verdugo de la nación y el fabricante de pobreza y esclavitud durante décadas. Milei adquiere una enorme responsabilidad planetaria, pues de su éxito o fracaso depende que la humanidad consiga librarse también de ese socialismo que sólo sabe mentir, asustar, empobrecer y fabricar esclavos, mientras que sus líderes se enriquecen y operan como eficientes parásitos y verdugos de sus pueblos. La victoria de Milei es celebrada por los demócratas de todo el mundo y por las personas decentes y laboriosas, pero es odiada por los comunistas, los tiranos, los adictos al robo, los corruptos, los atados a las subvenciones, los vagos y los que viven de ordeñar al Estado, de cobrar impuestos abusivos, de llenar las administraciones de enchufados inútiles y de repartirse el botín de lo público. Javier Milei es hoy la gran esperanza de la ciudadanía libre del mundo, que lo contempla como el antídoto de la peor enfermedad de la política mundial, que es el socialismo esclavizante y depredador. En países como España, anímicamente cercano a Argentina, la victoria de Miley es envidiada con especial énfasis porque el pueblo español está siendo obligado a soportar una de las peores versiones del socialismo, el sanchismo, cuyo líder, Pedro Sánchez, es un tipo cruel, déspota, con rasgos de psicópata y experto en mentir, estafar a los votantes, corromper lo público y destrozar la democracia, empeñado en el presente en acabar con el Estado de Derecho, la separación de poder y el orden constitucional en España. Los pactos del socialismo español con lo peor de la nación, con golpistas catalanes, ex terroristas y mercenarios vascos y con comunistas que rebosan totalitarismo, son tan repugnantes e incomprensibles como la política peronista en Argentina, que ha convertido a ese país en un lago de podredumbre y pobreza a pesar de tener una naturaleza inmensamente rica en recursos y potencialidades. El sanchismo, como el peronismo, son escuelas de bajeza, de miseria y destrucción de valores, recursos y esperanzas. El pueblo español está sumido en la angustia ante un futuro incierto, en el que tendrá que soportar cuatro años más de sanchismo, lo que equivale a un dramático avance hacia la pobreza, la ruptura de la unidad, el conflicto permanente, el fracaso como nación y el desprestigio internacional. A pesar de todo, la victoria de Milei es contemplada desde España como un grito libertario de la Humanidad y un acto sublime de rebeldía digno de ser imitado frente a la maldad del socialismo y las miserias que esa doctrina lleva consigo. ---