Desequilibrio y explosión siempre se han erigido como sinónimos de Ismael Sosa. Sin embargo, en nuestro país tuvo pocas ocasiones para dar pruebas de su habilidad. Hoy, el argentino exiliado de la semana viste el rojo y negro del Gaziantepspor, equipo que milita habitualmente en la mitad de tabla de la Superliga de Turquía y que sueña con conquistar pronto un título.
Chuco se ha caracterizado por su indescifrable gambeta y calidad para definir. El primer club que pudo disfrutarlo en su plantel profesional fue Independiente, aunque allí su nivel sufrió diferentes intermitencias. Ésto lo llevó a mantener relaciones distantes con un sector de la hinchada (en la inauguración del Libertadores de América fue abucheado por el público) y luchar permanentemente por la titularidad.
Con sólo cuatro partidos disputados en la temporada 2004-05, emigró a San Martín de San Juan con el fin de gozar de más continuidad. “Quiero ganarme un lugar en el equipo”, había declarado. No obstante, en el conjunto cuyano tampoco sumó minutos suficientes ya que a lo largo del año sólo participó en ocho encuentros y marcó un gol, a San Martín de Mendoza.
En su regreso a la entidad de Avellaneda, alcanzó buenas actuaciones de la mano de Pedro Troglio, pero luego mantuvo conflictos con los entrenadores José Santoro y Américo Gallego, quienes no lo consideraban demasiado. A pesar de no contar con oportunidades, Sosa recibió diferentes ofertas debido a sus condiciones, aunque su destino continuaría en Argentinos Juniors.
En La Paternal, y bajo la conducción técnica de Claudio Borghi, se transformó en un pilar fundamental del conjunto que le otorgó al Bicho su tercer título local, siendo el goleador del mismo en el Clausura 2010. “Estoy muy conforme con mi rendimiento, es el mejor momento de mi carrera. Le agradezco a la gente de Independiente, quienes no iban a tenerme en cuenta y me dieron la posibilidad de salir campeón”, afirmó cuando todavía estaba sumergido en los festejos del Tifón de Boyacá.
Los goles de Sosa en el Clausura 2010 ganado por Argentinos
Luego de los gratos resultados obtenidos, Argentinos pretendió continuar su relación con el delantero -y que también había sido sondeado por Boca-, pero finalmente desembarcó en Gaziantepspor, de Turquía. “Mi deseo es ser transferido a Europa por cuestiones económicas, Me dolió como me trataron en la apertura del estadio y por eso queda un poco de rencor con la gente de Independiente”, había explicado en las vísperas de su partida.
Actualmente, el jugador que integró la selección sub 20 en 2007 escribe su historia en tierras otomanas, donde supo compartir vestuario junto a su compatriota Cristian Zurita. Desde su llegada al Viejo Continente, su equipo no ha podido alzarse con el trofeo local pero el nivel desplegado por Ismael Sosa lo ha elevado como una de las figuras de la competición.
Ediciones anteriores
- Mauro Poy, portador de un apellido legendario
- Pisculichi, magia árabe
- El Solari menos reconocido, exponente en Chipre
- Javier Pereyra, el estandarte de Xelajú
- Roberto Colautti, representante en la Tierra Santa
- Ansaldi, el lateral olvidado en Kazan
- Crisitan Díaz, el embajador de Breslavia
- Darío Conca deja su huella en China
- Jorge Sampaoli, responsable de la gloria Azul
- Bracamonte, olvidado en el frío de Rusia