Argumento y estructura, una aproximación práctica

Publicado el 10 junio 2014 por Escrilia @escrilia

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argumento, escribir, escritura, estructura, literatura, novela

Delinear un sólido argumento es el secreto para la correcta estructuración de nuestra novela. La estructura es el aspecto técnico más importante de cualquier historia, y nuestra novela no será la excepción. Una correcta estructura aporta solidez y foco a la historia,  a pesar de ello es a menudo pasada por alto o incomprendida por gran cantidad de escritores nóveles. Hay algunos que hasta creen que estructurar su novela le restará frescura y originalidad, pero eso está muy lejos de ser cierto (ya lo descubrirán por experiencia).

La estructura es un mapa, un arquetipo testeado por el tiempo para hilvanar el surgimiento y la evolución de la acción y los personajes en nuestras historias.

La estructura de nuestra novela
Remitiéndonos al clásico esquema en tres actos (hasta ahora ha probado ser el más efectivo, con diferencia) tendremos tres partes principales: planteamiento, nudo / desarrollo y desenlace. A su vez, cada una de estas partes tiene eventos distintivos que marcan su evolución y que aparecen en la gran mayoría de las novelas de ficción. Definiendo de forma esquemática cada uno de esos elementos tendremos una línea argumental que responde básicamente a la estructura, haciendo un poco más sencillo el desarrollo de la escritura.

Los puntos a considerar en la estructura están ubicados de esta manera en el esquema de la evolución de la acción en una novela:

 

Definiéndolos en forma sintética, son:

1. Introducción, presentación
Aquí se parte del estado actual de las cosas, se muestra al lector dónde se llevará a cabo esta historia, el contexto y más importante quiénes son los protagonistas y los personajes importantes. Aparecen escenas específicas para demostrar el carácter y la actitud del protagonista. Escenas que muestran su entorno y cómo interactúa con él dado este estado de las cosas (status quo).

2. Desencadenante
Algo pasa (una acción, una revelación, una variación de la rutina) que atrae la atención del lector generando interés e intriga. Quizás no se revele el conflicto principal, pero establece un precedente.

3. Primer punto de giro
Termina el primer acto con un evento que definitivamente obliga al protagonista a actuar en consecuencia. Se revela el conflicto principal y se ponen las bases para su desarrollo. A partir de aquí el personaje reacciona a su difícil situación y trata de recuperar su rumbo. Generalmente las cosas que hace van escalando en intensidad. Al principio fallan o no les da la importancia necesaria, luego entiende que con eso no basta y se genera cierta perplejidad.

4. Segundo punto de giro
Otro evento de importancia ocurre y esta vez fuerza al protagonista a abandonar su reacción y pasar a una acción decidida.

5. Desarrollo del conflicto
El protagonista y los personajes principales se reagrupan, se reconocen y entienden que deberán actuar en contra de la fuerza antagónica. Aunque aún no saben cómo.

6. Tercer punto de giro
Termina el segundo acto con un evento que hace que el protagonista empiece a vislumbrar la posible solución, aunque ésta parece débil o desesperada. La acción resultante lo llevara a lo que parece que será el lugar de su derrota.

7. Hacia la salida
El protagonista pone en marcha la solución y se produce un avance forzado, en el que la intensidad del conflicto se eleva rápidamente.

8. Clímax
El conflicto alcanza su punto álgido y se produce el enfrentamiento final entre las dos fuerzas principales: El protagonista y el antagonista provocan el evento decisivo.

9. Resolución
Se cierra la historia principal y las subtramas más importantes. Se deja ver la solución o el posible encarrilamiento de todas las líneas argumentales secundarias. No hay conflicto y la intensidad de la acción baja bruscamente. Se ven las consecuencias del clímax y, de ser necesario, las enseñanzas y el cambio provocado en nuestro protagonista. La brevedad y claridad son indispensables para no caer en el anticlímax.

10. Nuevo status quo
Con pocas frases, a lo sumo un par de párrafos, se establece el nuevo orden de las cosas en el universo de nuestros personajes.

¿Cómo definimos la estructura de nuestra novela de forma sencilla?
Una de las mayores dificultades que presenta la estructuración de la novela es que nos da muchas cosas importantes que recordar, todas al mismo tiempo. Por otro lado sabemos que la estructura en realidad no nos dice qué es lo que realmente pasa en la novela, sólo le da un marco teórico de necesidad/acción/consecuencia buscada. La forma de especificar los hechos concretos que estructurarán nuestra historia es crear un argumento.

La estructura es aplicable independientemente de cuál sea su sistema de escritura: los escritores impulsivos (esos que en el momento en que tienen una idea que los entusiasma se sientan a escribir con poca o nula preparación) la pueden utilizar tanto como los planificadores (esos escritores que hacen una gran preparación previa, desarrollo de personajes, escenarios y planificación antes de escribir una línea del primer borrador).

Creando una o dos escenas por cada uno de los puntos importantes se incorporará la estructura en nuestra historia, generando no un argumento definido, sino una serie de escenas que encausan su historia por donde usted tenía previsto que vaya.

Pero para aquellos que deciden implementar una herramienta tan poderosa como la creación de una línea argumental, no importa con qué nivel de definición, tendrán una ventaja sobre la estructura.

¿Cómo el argumento crea la estructura de su novela?
El argumento nos permite pensar y definir momentos importantes en la historia y tener una vista previa general de cómo esos elementos encajan unos con otros. Nos ahorraremos tiempo y dolores de cabeza utilizando estos esquemas para encontrar baches y vías muertas en nuestra historia, así podremos sortearlos durante el tiempo de la creación literaria en sí, la escritura del primer borrador.

No importa si usted escribe un plan pormenorizado de avance de su novela, llenando cuadernos de notas detalladas y planificación estricta o sólo hace una lista de las escenas importantes, de todos modos estará estableciendo una estructura pensada de antemano a su manuscrito. Esta estructura no necesariamente será la forma definitiva de la novela, pero al menos crea una idea definida de la historia en su mente.

Usted sabrá cómo comienza su historia, el desarrollo y cómo va a terminar. A partir de eso, es natural que amplíe un poco más cada evento significativo y los puntos de giro para crear un argumento.

Beneficios de escribir con un argumento
Usted podrá identificar y planear los puntos estructurales antes de iniciar la escritura, dejando el momento de la creatividad pura orientado más a las escenas que a conservar un camino lógico en su escritura.

Usted podrá ver la historia completa, ayudándole a detectar inconsistencias.

El argumento funcionará como una lista de cosas a hacer, impidiendo que se aleje de la idea principal y mostrando el avance general que logra en cada momento.

La estructura le mostrará los puntos importantes de su historia, usted llenará los espacios intermedios como mejor le parezca, sin condicionantes.

Algunos autores prefieren utilizar esta lista de eventos estructurales como argumento. Usted puede elegir seguir adelante y sumergirse en su primer borrador sin saber nada más acerca de lo que sucede entre las paradas de su hoja de ruta. Por otro lado, también puede utilizar el conocimiento de estos eventos para profundizar la definición de su historia aún más.

Estructurar de forma adecuada nuestra historia no es una elección o un condicionamiento arbitrario que coarte la creatividad. Si esperamos a escribir historias de valor, siempre debemos tratar de comenzar con la estructura. Después de eso, cada uno de nosotros tenemos que identificar y crear los procesos que ayudarán a maximizar tanto nuestra creatividad como nuestra productividad. Y para la mayoría de nosotros, el argumento será nuestra mejor herramienta para la construcción de historias bien estructuradas.

La forma de comunicarse es tan importante como el mensaje si deseamos que los lectores entiendan lo que queremos contar.