En la portada de ningún medio español al uso hemos leído las dos últimas semanas nada en relación a los polémicos negocios armamentísticos alemanes. Una falta de respeto a la inteligencia de ciudadanos que comparten un quasigobierno, al menos en temas monetarios y laborales. Una vez mas, al negocio de la guerra no le importan los derechos humanos. Alemania planea vender 200 tanques Leopard II a esa isla de democracia que es Arabia Saudí. Die Linke dió un señor discurso en el Parlamento. Una semana después, por si los alemanes habían pensado que quedaría en caso aislado, Merkel en persona estuvo brindando con el presidente de Angola dos Santos a cuya marina quieren exportar barcos de guerra por valor de 60 millones de euros. Tal vez tiene la esperanza de quedarse de canciller tantos años como su homólogo angolés, que ocupa el cargo desde 1979. Por último, el semanario Der Spiegel ha publicado esta semana informaciones según las cuales Alemania quiere subvencionar la compra por el ejército de Israel de un submarino del tipo "Dolphin" que podría ser equipado con armamento nuclear con 135 Millones de euros de las arcas alemanas.
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Un 13% de la población alemana vive bajo el umbral de la pobreza.