Y yo, el encerrado, me caliento las manos
junto a un fuego que arde sobre la nieve del año pasado
mientras con un hueso
dibujo en la nieve imágenes de ventanas y puertas.
Escuchando el agua
he levantado tres muros para ti
Uno para que te encuentres con tu sombra
y otro para que te muestre el camino: el tercero no lo descubrirás
hasta que llegues.
Porque mi preocupación ya no es ser exacto
sino intenso.
Y si te llevo por el camino equivocado, es porque tú
así me lo has pedido desde el principio.
Armenia, Henrik Nordbrandt