Armenia: monasterio de Noravank y Tatev

Por Orlando Tunnermann
MONASTERIO DE NORAVANK

Hoy va la cosa de templos de culto. El artículo que presento esta mañana viene embutido en dos fantásticos monasterios de visita obligada en Armenia.


Comienza mi singladura en el monasterio de Noravank (S.XII-XIII), P.H. por la Unesco desde el año 1996.


Ubicado a 3 kms de Amaghu, es imposible desprenderse del sempiterno aura de mansedumbre y serenidad absoluta que liban estos lugares de culto religioso.
El entorno es un deleite de panorámicas maravillosas. Como viene siendo ya habitual, nos toca hablar una vez más de los seísmos, concretamente de uno pavoroso que lo arrasó todo en el siglo XIX.


Pese a los estragos geológicos, me queda el goce de contemplar las primorosas reconstrucciones posteriores, que revierten en belleza y exquisitez arquitectónica.


Encuentro en Noravank la figura conspícua del arquitecto y pintor Momik, uno de los nombres propios del país que ensalzan y salpican de brillantina su patrimonio cultural.


Son suyos los bajorrelieves de la Burtelashen o Iglesia de Sta. Astvatsatsin (Madre de Dios), construida en el siglo XIV por el príncipe Burtel Orbelyan.
Es relajante pasear la mirada por la estructura de estas construcciones de piedra clara y terrosa, que pareciera su propósito acomodarse al tranquilo discurrir del tiempo enlentecido en este paraje calmoso.


El lugar donde me encuentro, residencia de los obispos de Siunik, mausoleo de la familia Orbelyan, es único en singularidad ornamental y tiene como protagonista del "suceso" al preeminente Momik.


Se trata la particularidad de una imagen de Dios como salvedad en la arquitectura armenia, que lo representa siempre de manera simbólica, sin mostrar jamás su semblante.



Destaca en el monasterio la mencionada Burtelashen, construida por la familia Orbelyan, y la iglesia, en ruinas, de San Juan Bautista, (S.IX),
Fue Noravank un importante epicentro universitario donde podía encontrarse también un centro de manuscritos.


Prosigo ahora mi ruta dejando atrás la localidad vinícola de Areni, con el precioso desfiladero en el valle de Amaghu, por el cual fluye el río Arpá, como compañero de travesía.


Me esperan ahora las grandes altitudes desde el teleférico más largo del mundo, que me llevará hasta el monasterio de Tatev.
5725 metros recorridos, suspendido a 320 metros, me maravillo observando las fantásticas panorámicas del desfiladero Halidzor y el río Vorotan.
Son unos 15 minutos de parsimonioso fluir por los aires, como plumas de gaviota, como burbujas de ángeles.


El teleférico "Wings of Tatev" es una vanguardista innovación austro-suiza que entrara en funcionamiento en Octubre del año 2010.


Superada la primera impresión de las bellísimas vistas, nos encontramos con testimonios de un terremoto en el año 1931 y numerosas reconstrucciones ya desde el siglo V.
En todo caso, el complejo actual comenzaba con las obras del obispo David en el año 839.


Este lugar gozó de una gran relevancia social y cultural con su inmensa matenadaran y centro de manuscritos, que contaba con 10.000 ejemplares.


Se puede afirmar que los monjes que habitaban en el monasterio eran autosuficientes, pues contaban con amplias zonas hortícolas, una almazara y agua en abundancia que traían desde el desfiladero.
Su máximo esplendor lo conocería entre los siglos XIII-XIII bajo el reinado de los Zakaryans y Orbelyans, tras las invasiones selúcydas en el año 1170.



MONASTERIO DE TATEV CONTEMPLADO DESDE EL TELEFÉRICO "WINGS OF TATEV"


Destaca sin duda la catedral Poghos Petros, construida por el Príncipe Ashot y el obispo Hovahannes entre 895-906.
También la pequeña iglesia (1295) donde fuera enterrado Grigor Lusarovich (Gregorio el Iluminador).


Es muy interesante también la iglesia de Pedro y Pablo (SIX), donde está enterrado el clérigo y regente Grigor Tatevatsy.


Y como colofón postrero de esta ruta de emoción y descubrimiento, el fascinante Gavazán o Báculo. Es una obra arquitectónica preciosa contruida con capacidad para resistir seísmos y que oscilaba como un heraldo anunciador de que la tierra estaba siendo sacudida por un terremoto, actuando así como un prístino sismógrafo.