Arqueología del fin del mundo: Second Life

Publicado el 18 septiembre 2012 por Royramker @RoyRamker

El holocausto nuclear, el efecto 2000, la profecía Maya del 2012…

El Fin del Mundo es un tema recurrente en todas las épocas. Cada generación teme ser la última, la que tenga la desgracia de sufrir el apocalipsis, porque para bien o para mal a alguien tiene que tocarle.

Aún así, siempre hay algo peor que presenciar el fin del mundo y es tener la desgracia de sobrevivirlo.

Quien más quien menos dispone de varios referentes de cómo sería vivir en un mundo post-apocalíptico, e incluso los ha explorado y “sufrido” en películas como Mad Max, juegos como Fallout, Rage o Dead Island por citar algunos ejemplos.

Lo que no es tan usual es descubrir que escondido en internet y a la vista de todos, se encuentra uno de los primeros metauniversos digitales que se crearon y que a dia de hoy está completamente muerto y abandonado. Nos referimos claro está, al mundo virtual llamado: SECOND LIFE.

Second Life, ciudad de vacaciones

AUGE Y CAÍDA DE SECOND LIFE

Para entender el auge y la caída del universo entero de Second Life debemos retrotraernos al año 2003. Ese año la empresa Linden Lab, creo el primer mundo virtual online, definido en palabras de sus creadores  cómo:

SecondLife es un mundo 3D cuyos habitantes son todos personas reales y donde cada lugar que visitas ha sido construido por gente como tú

En 2003 la mayoría de teléfonos móviles eran en blanco y negro, los SMS eran lo más de lo más, la oveja Dolly la palmó y el Napster cerraba por problemas legales. Dentro de ese contexto, no es de extrañar que la posibilidad de crearse un alter ego digital  sonara bastante bien.

Y en rigor a la verdad, Second Life triunfó y triunfó a lo grande. Crear una cuenta era gratuito, pero para comprar ropa, una casa, o un mundo propio, había que pagar con Linden Dólars (L$) que se compraban con dinero real.

Además cualquier usuario más o menos hábil podía crear objetos y negociar con ellos, entrando en el resbaladizo mundo de las propiedades virtuales o los derechos digitales.

La existencia de dinero virtual (intercambiable por dinero real) levantó la fiebre del oro. Todas las grandes empresas se peleaban para tener sus “sedes” en el mundo virtual, se instalaron bancos, embajadas de países del mundo real, se celebraron conferencias, bodas e incluso U2 dio un concierto. Si no estabas en Second Life no eras nadie (¿verdad Gaspar Llamazares?).

Pero poco a poco, la burbuja virtual se fue deshinchando. Una vez los usuarios o “residentes” ya tenían su casa, su avatar y habían fingido practicar el sexo con otros avatares, ya no había nada más que hacer en Second Life.

Second Life no era un videojuego, no había objetivos, aún no usábamos las redes sociales como ahora y cómo chat siempre era más fácil y rápido usar el Messenger. Así que poco a poco, los “residentes” dejaron de entrar. Era más divertido jugar al WoW y a los Sims, y socializarse en las nuevas redes MySpace y posteriormente Facebook. Second Life pasó de moda.

Sin residentes no hay dinero, sin dinero no hay empresas. Fue un apocalipsis lento, silencioso, limpio e implacable. Se pasó de millones de usuarios a unos pocos miles,dejando calles, centros comerciales, selvas, castillos y ciudades completamente vacías.

Aun así, Second Life sigue abierto y 100% operativo…

Explorando las ruinas de SecondLife: Consejos Básicos para arqueólogos digitales

En el 99% de todo este mapa, no hay ni un alma. O_O

Llegados a este punto, deberíais haber abierto ni que fuera una vez, la web oficial de Second Life (venga, que te espero) :P.

Los valientes que se dispongan a adentrarse en éste vestigio ciberespacial deben registrarse (de forma gratuita, palabra), descargar el llamado Second Life viewer y escoger un avatar: hombre, mujer, animal o zeppelín. (¿Quién no ha deseado alguna vez encarnar a un zeppelín?)

Tras superar el tutorial y familiarizarse con los controles, llega el momento de explorar. Es posible volar, pero la mejor forma de viajar es teletransportándose.

En vuestros viajes redescubriréis el concepto de Spam, os maravillaréis u horrorizaréis del gusto de ciertas áreas, pasaréis por discotecas, naves espaciales y burdeles, seréis bombardeados por anuncios, veréis un montón de Bots y lo más inquietante: miles de avatares abandonados por sus usuarios, cómo maniquíes estáticos e imperecederos.

Me voy a esperar aquí a ver si la chiquilla se conecta…o no.

Así que explorar a vuestro aire pero dejadlo todo tal y cómo os lo habéis encontrado.

Yo por mi parte dejaré mi avatar abandonado en algún lugar remoto, a modo de advertencia a los incautos que osen adentrarse en las ruinas de un mundo fantasma.

He visto Rayos-C brillar en la oscuridad, cerca de la puerta de Tannhäuser

PD: De hecho, aún hay (poca) gente activa en Second life, y algunas universidades lo siguen usando. No obstante lo de interactuar con los “residentes” os lo dejo a vosotros. Yo prefiero vivir deprisa, desloguearme joven y dejar un bonito avatar.

Artículo escrito por Koko (@kokodafunk)