Lengua metálica, encadenada
Ha pisado muchas mariposas hoy
La teoría del caos, rosa sus hombros
Su saliva irascible baña de incertidumbre
Los dos pechos, hechos amapola, como heroína
Para un yonki invertebrado, ¿soy un adicto impensado?
Los caminantes recorren lentamente entre
Los montículos de hojas, esos al norte del ombligo
En el meridiano de la risa, entre los cabellos
Enmarañados, fuente del ensueño manifestado.
Humedecido como por la lluvia, ambos alambres
Se entretejan, en besos metálicos y humanos.
El ritual animal, no espera, ni a los colibríes
Con sus maletas en la estación, menos a las caricias sugerentes.
Se arañan y se aman, una y otra vez, como si de petróleo
Se tratara y se fuera a gastar, pisoteado por el reloj.
Celosamente, se para desnuda, arañando el espejismo
Del ser ceniza, resbala atrapado por la lucha inminente.
Arquitectos del clima, retorno animal, por la fémina viviente,
Viva como un tornado, proclamado por el propio caos.
Descansaran otro día, en otra vida cuando reencarnen
En inertes sombras, esas que presupuestan y distribuyen
Las utilidades del ser, en sixpacks cómodos para una digestión adecuada.
Ahora a dormir ensamblados, luego de otra maratón de intercambio.
Descomponiendo armando y rehaciendo la constitución de Adán.
Nunca supe que había tantas posibilidades…para estas unidades bien armadas.
¡Esa es! me es tan reconocible
La misma lengua metálica que desea mi otro yo.
La misma que origina mi caos con sus aleteos de mariposa en China.