Víctor Moreno, profesor de Universidad y miembro de la dirección del Colegio de Arquitectos de Sevilla y Gabriel Verd, del estudio Solinas +Verd, ganadores del concurso Green Building Challenge de Helsinki con un proyecto de viviendas sociales. El ingrediente principal: el sentido común, el menos común de los sentidos tras años en los que el mercado impuso sus normas y obvió la utilización de técnicas anti-calor ancestrales.
¿Qué recursos arquitectónicos permiten soportar mejor el calor?
Gabriel Verd (G. V.): La estrategia principal pasa por una buena política urbanística que contemple las orientaciones idóneas, los vientos dominantes, la proporción ideal entre anchura de calle y la altura de edificios. Una vez conseguido esto, es de todo punto indispensable cumplir las siguientes indicaciones: aislar bien el tejado y las fachadas hacia poniente, utilizar buenos marcos de ventanas con rotura de puente térmico y vidrios dobles, interconectar las áreas habitables para permitir la ventilación cruzada con la ayuda de un patio central o de zonas sombreadas, poner persianas en todas las ventanas, correctamente designadas para cada orientación.
Es necesario intentar evitar las ventanas orientadas a poniente y, si las hay, reducir su tamaño al máximo y protegerlas mediante contraventanas. En orientaciones sur, conviene proteger fachada y huecos mediante estructuras de sombra que eviten el sobrecalentamiento. Si la protección es vegetal deberá ser de hoja caduca (una parra, por ejemplo) para permitir el acceso solar durante el invierno y proteger la entrada principal de la vivienda mediante entrada doble (zaguán).
¿Cuál es la orientación idónea?
Víctor Moreno (V.M.): Seré categórico, no hay una orientación ideal, pero sí una realidad objetiva: la única fachada que recibe menos potencia calorífica en verano que en invierno es la Sur. Nuestro territorio no puede ser gestionado de espaldas a esta realidad, pero claro, es más fácil omitir esta realidad y construir de manera seriada que de manera seria.
G. V.: Para todo el año la orientación óptima para una casa es la Sur y la Este, y la combinación de ambas (la luz de la mañana y la de mediodía) pero tanto o más importante es la protección de las fachadas. En aquellas que dan al Sur la protección ha de ser horizontal para permitir el paso del aire caliente sin que éste se embolse en la parte superior de la ventana y entre al edificio. En cambio, las fachadas que dan al Este, Oeste y norte han de ser protegidas verticalmente ya que el sol en estas orientaciones tiene muy poca altura.
¿Y los materiales más aconsejables?
V. M.: La piedra y los mármoles de nuestras canteras, ladrillos y tejas de nuestros hornos. Son densos, pesados, adaptados a nuestra dualidad invierno-verano. Capaces de acumular el calor diurno del sol en invierno y el frescor de la noche en verano. Por favor ¿Es que no nos damos cuenta de que el aligeramiento de nuestras viviendas no beneficia más que al proveedor de los materiales, generalmente preocupado exclusivamente por los costes de transporte? El discurso del aislamiento, de la prefabricación repetitiva, de esa falsa construcción ecológica que viene, omite una cláusula de letra muy pequeña pero pesada: consumirá menos, pero consumirá.G. V.: El primer elemento productor de pérdidas-ganancias de calor en una vivienda son los acristalamientos por fenómenos como la infiltración y la conducción. La infiltración dependerá de la geometría, longitud de las rendijas, cuya calidad dependerá a su vez del fabricante y del coste de la misma. La conducción está directamente relacionada con el vidrio que pongamos, si cuenta o no con cámara (tipo climalit), y de si la carpintería tiene o no rotura del puente térmico. El Código Técnico de la Construcción aplicado a los proyectos desde 2006 controla mucho estos aspectos.
¿El aire acondicionado es evitable?
V. M.: Creo que en una gran cantidad de hogares andaluces podría suprimirse la dependencia de sistemas basados en energías convencionales. ¿Cómo? Recuperando la cordura. No creo en las casas inteligentes, creo en la inteligencia de quien hace las casas. Soy arquitecto, y como arquitecto mí responsabilidad es hacer el mejor filtro posible entre la realidad del lugar y las necesidades de mí cliente, aprovechando la tecnología y los recursos a nuestra disposición. Pensar cada casa como única y nuestro clima como privilegiado es la puerta para esa liberación. Pero claro, supone implicación: de los que proyectamos, de los que construyen y de los que habitan. Hay más tecnología, más reto, más lujo y más placer en la construcción sostenible que en el aparatito colgado de la fachada, pero también más trabajo. Así que la pregunta no es si podemos, más bien, si queremos prescindir del aire acondicionado.
¿Cómo es el proyecto que ganó el Green Building Challenge?
G. V.: Se trata de un proyecto de 26 viviendas de protección oficial en Umbrete (Sevilla) promovidas por EPSA. Viviendas de 70 m2 en las que aplicamos toda esta filosofía de arquitectura solar pasiva, sin alardes tecnológicos pero en el que se realizó un profundo estudio del lugar, el programa y los recursos disponibles. El jurado que la eligió como ganadora en el concurso la definió como un modelo que bien podría ser exportado a otras localidades, donde delicada abstracción y la secuencia de llenos y vacíos que proponíamos convivirían armónicamente con los mejores ejemplos de arquitectura doméstica tradicional.Falsos conceptos caseros para combatir el calor
V. M.: La comida-construcción rápida: "sólo con aislamiento estamos salvados", no es cierto, nuestra factura seguirá engordando. "Si no vemos el sol no nos afecta", falso, del sol nos protegemos fuera del espacio habitado. Y "el muro cortina de vidrio", la comida basura del siglo XX para nuestro clima. Derogado debería estar por Decreto. Buen provecho.
G. V.: Alejarnos de la imagen de artefacto bioclimático lleno de lamas, placas solares y toda clase de ingenios adosados para controlar la temperatura. En la arquitectura de siempre, todos estos elementos aparecían de forma natural integrados en la construcción, como es el caso de las celosías de la mezquita de Córdoba que matizan la luz y favorecen la ventilación del espacio interior con gran belleza y eficacia".(elmundo.es)