- ¿Qué, conversamos esta botella?
- “Pa” luego es tarde, mi amigo. – Le contestó Luis, con un brillo etílico en los ojos. – ¿De qué libro me vas a hablar hoy? Le preguntó a Juan.
- Pues mira, acabo de leer “Arráncame la vida” de Ángeles Mastretta y quería saber tu opinión.
- Muy buena elección.
- Pues no sé. A mí me ha dejado un regusto de algo ya leído una y otra vez. Personajes excesivos, situaciones excesivas, hispanoamérica excesiva.
- Alto ahí mi güey. No se me envalentone, que me lo bajo de ahorita.
- Sí, por supuesto, el lenguaje es uno de sus mayores atractivos. Bueno, para mí, el principal.
- El lenguaje. Los personajes. ¿Excesivos los llamas? Puede ser. Pero creíbles. Yo al menos me los creí del todo. Y sí, puede que los personajes estén estrucutrados de una forma ya conocida, pero no se le notan, o al menos yo no las noté, las costuras.
Juan llenó de nuevo los vasos, a lo que Luis le respondió con su mejor sonrisa.
- Y luego está la portada del libro. No me digas que no es para comprarlo aunque sólo sea por la portada. – Continuó Luis con una sonrisilla irónica.
- No seas frívolo. Lo compré porque ya había leído otras cosas de la autora. “Mujeres de ojos grandes” me causó una gran impresión.
- No soy frívolo, pero más de una vez he comprado un libro por lo que me sugería su portada. Esta portada, que trata de recrear un ambiente mejicano, a mí, sin embargo me trae al recuerdo a Extremadura y Andalucía. Supongo que no tiene mucho mérito ya que de ahí partió todo. Y la Catín, dizque tiene la pinta de serenidad que le da el haber cogido a gusto con su músico. Y sí, yo también he leído “Mujeres de ojos grandes”. La “Tía Chila” merece que le dediquen toda una avenida, pero seguro que ya ni modo.
- Veo que empatizas con el lenguaje. Ya te he dicho que reconozco que es lo mejor del libro. Pero me mantengo que me parece algo ya leído más de una vez.
- No seas rácano con la autora. El lenguaje a nosotros nos parece atractivo por lo exótico y seguro que he dejado caer alguna palabreja donde no debía, que me perdonen los mejicanos. La historia y los personajes tienen ese exceso como tu le llamas que también nos (me) resultan muy atractivos. Y fuera del juego de lo exótico, contiene un montón de personajes, sobretodo femeninos, con reacciones tan dispares ante las mismas situaciones, que conforman un entramado humano rico y complejo. En definitiva, me parece una novela de atractiva lectura.
- No te lo discuto, pero los personajes masculinos son mucho más uniformes. Machos, machistas, egoístas, brutos, etc. Incluso los que aparecen como contrapunto, te da la sensación de que si estuvieran del otro lado, actuarían igual.
- Sí, quizás sí. Pero supongo que no es más que un retrato de la sociedad y del ambiente que refleja la novela.
- Pues se acabó la botella y el queso. Hasta la próxima, amigo Luis.
- No se me tarde compadrito.