¿Arrancarme la cabeza o cambiarla por una nueva?

Publicado el 12 mayo 2019 por Carlosgu82

A menudo tengo un dilema cuando empieza un nuevo ataque de migraña. Lo venceré o me tumbará. Soy cabezota donde las haya. No suelo dar mi brazo a torcer a la enfermedad por más veces que me siga dando. Tengo muy claro que un día en la cama enferma es un día desaprovechado totalmente. Y no me da la gana.

Yo la descubrí por “buena suerte”, si se puede llamar así en la edad adulta. Estaba de viajando y al llegar a mi destino, mi tía y yo íbamos a ir a un concierto de David Bisbal. No es mi estilo de música, pero su concierto fue muy revelador porque por un lado descubrí que en directo Bisbal no estaba tan mal y me lo pasé bien pero por el otro, esas luces parpadeantes tan intensas que se apagaban y encendían para crear la atmósfera del concierto, abrieron mi caja de Pandora y salió de ella el dolor de cabeza más atroz que he tenido en toda mi vida.

Yo no solía sentir mi cabeza, a menos que tuviese un ataque de hambre o algo, era rarísimo que me doliese. Pero aquella noche terrorífica de jueves, descubrí el peor dolor de melón que había tenido nunca. Parecía que de un momento a otro se me iba a abrir la cabeza y se me iban a escapar hasta las ideas.

Para quienes no sepan lo que es una migraña o no sepan distinguirla de una jaqueca tradicional o una cefalea tensional, voy a distinguirlas a ambas en pocas y sencillas palabras, con la intención de ilustrar. Quizás les sirve de ayuda para el diagnóstico de una fase precoz de esta putada. Advierto que no soy médica ni nada que se le parezca. Solo soy una sufridora más de este mal que aqueja e incapacita frecuentemente a millones de personas en todo el mundo.

CEFALEA TENSIONAL

La típica de toda la vida. La de cariño, ¿vamos a hacer el amor? No cariño hoy no, es que me duele la cabeza… esa. La jodilona. La de la aspirina, el ibuprofeno o el paracetamol. Es una presión o molestia, como cuando te pones una diadema ajustada. Suele ser por una tensión o contracción de los músculos aledaños. Sus causas pueden ser unas cuantas: malas posturas de la cabeza o cuello, estrés (algunas personas tenemos escuatro o escinco…), un sobreesfuerzo de la vista, fatiga o excederse con sustancias excitantes como la cafeína, el tabaco, el alcohol u otras cochinadas que no ayudan nada a estar saludable. Normalmente se cura con analgésicos o relajándose con una cabezadita. No suele ser incapacitante. Se considera crónica cuando se da más de dos veces por semana durante un período de tiempo. Vamos, que es como una picada de un insecto, cuando te pica te jode un buen rato.

MIGRAÑA

Esto ya son palabras mayores. La llaman jaqueca porque es eso mismo, una maldita jaqueca. Se trata de un dolor pulsátil (produce latidos), caprichoso y muy intenso. Puede dar en cualquier lado de la cabeza, lo normal es en un solo lado y puede provocar malestares estomacales (sobre todo nauseas y vómitos) y síntomas visuales (migrañas con auras) o incluso dolor en el ojo del mismo lado de la cabeza que te duele.

Cuando te da te tumba en la cama durante unas horas de tu vida o días enteros que no vas a recuperar. Y encima, la cabrita de ella es crónica aunque dicen muchas mujeres migrañosas que mejora durante la menopausia. Ni idea. No sé si son cuentos de viejas o no, porque aún no he llegado hasta allí. La cuestión es que algo tiene que ver con el sistema hormonal femenino, ya que las migrañosas (todas las que yo conozco) que estamos en edad fértil todas lo sentimos más esos días, y es que cada vez que nos va a venir la indeseable, antes, durante o al irse, viene este regalito infernal.

Se le han atribuido diversos orígenes, desde que tiene un origen vascular debido a la constricción y dilatación de vasos sanguíneos de la cabeza y el cuello, a problemas del cerebro y/o vías nerviosas; desde un origen químico cerebral a desajustes neurológicos y bioquímicos. También se ha hablado de intolerancias o alergias alimentarias y defectos en la liberación de neurotransmisores, que son los que llevan los impulsos nerviosos entre neuronas. Es tan desesperante que se a llegado a creer que era cosa de brujería o mal de ojo. Así que estamos apañados para saber cuál es nuestro caso.

Lo más importante es registrar nuestros hábitos para personalizar después lo que debemos evitar, sobretodo en materia alimentaria, dado que hay alimentos que debido a su composición favorecen que la bestia venga a atacarnos. Personalmente a mí me joden los excesos con el queso muy curado. Me encantan y cuando me hincho luego pago las consecuencias. También los excesos con alcohol me sientan fatal, así que no bebo porque se que aunque beba poco para mí un poquito es un montón que me roba horas de vida. El vino tinto, la comida china y alguna cosita más que me dejo por el camino me dan las peores jaquecas del mundo.

Se supone que es genético y yo no lo dudo porque en mi caso mi padre sufría de joven constantes ataques, mi hermana los padece desde los nueve años y yo que nunca me dolía la cabeza me uní al club de adulta, sobre los veintiséis años.
En la actualidad hay nuevas teorías, nuevas medicaciones e incluso se habla de una vacuna que en los próximos años podría tener unos resultados esperanzadores en individuos que padecen períodos de ataques atroces de migraña. Aunque como todo, las innovaciones hay que cogerlas con pinzas sobre todo porque hay unos intereses en la industria farmacéutica, mucho dinero por medio y unas guerras tremendas por hacerse con el control sobre las patentes. Todo esto se traduce para nosotros en que si queremos la cura tendremos que pagar un elevado precio o a joderse. En fin, lo de siempre.

A mi me funciona el remedio que me dio mi hermana hace años. No esperar a que el dolor me doble sino que en cuanto perciba que viene la fiera, me tomo un café negro y le corto el cogote con la pastilla que me salva el 99% de las veces, el enantyum o su primo genérico que también me hace efecto. Como el precio no difiere demasiado suelo preferir el primero. Aunque no hay que pasarse maltratando el hígado con este fármaco. Yo solo lo tomo cuando se que lo voy a necesitar. Yo no veo luces cuando me va a dar la migraña, ni me molesta en exceso el ruido, si me joroba más la luz (ya sea la del sol, la de casa, el ordenador o cualquier otra pantalla iluminada), pero mi síntoma clave es que me siento agotada, como si me hubiese quedado sin pilas. Es muy exagerado. Normalmente si me tomo la tensión suelo tenerla la alta en 10 o menos y la baja en 5 y puede que en un poco menos también.

Algo muy importante que deben saber si emplean el remedio del café, es que si padecen de tensión alta está contraindicado. Es muy recomendable tener un tensiómetro en casa porque los síntomas que incluyen el dolor de cabeza no garantizan que la tensión esté alta o baja y ese desconocimiento si es un auténtico peligro.

Espero amigos y amigas que les haya servido mi artículo para algo. Siempre los hago con mucho cariño, pero este especialmente viene con dedicación después de una semana siendo acosada literalmente por la migraña hasta que por fin me dio y me arrebató casi un día entero de vida. Mi mayor recomendación es que vayan al neurólogo y que sea el especialista el que determine lo que tenemos en la cabeza y la manera de combatirlo, ya que hay muchos fármacos y algunos bastante especializados para esta enfermedad. Entiendo que cuando la cabeza te duele te tomarías hasta veneno si alguien te garantiza que te va a parar el dolor, pero no, hay que hacer las cosas bien.

Te dejo por aquí debajo otros de mis artículos por si te apeteciese leer algo más.

Gracias

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Fuentes de inspiración

https://www.elmundo.es/elmundosalud/2005/08/24/dolordossiers/1124903408.html

Una ‘vacuna’ contra la migraña